Los líderes europeos se reunieron en París para abordar el futuro de la seguridad en Ucrania y la postura de Europa ante la estrategia de paz impulsada por Estados Unidos. La cumbre, organizada por el presidente francés Emmanuel Macron, se llevó a cabo en un ambiente de incertidumbre y evidenció diferencias de criterio entre los asistentes. Mientras algunos dirigentes abogan por reforzar la autonomía europea en Defensa, otros insisten en que cualquier garantía de estabilidad en Ucrania pasa inevitablemente por el liderazgo de Washington.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, trató de proyectar una imagen de cohesión al cierre del encuentro, asegurando que Europa está «preparada y dispuesta» para asumir un papel más activo en la protección de Ucrania. «Es el momento de dar un paso adelante y liderar en la provisión de garantías de seguridad», afirmó el ex primer ministro neerlandés en un mensaje publicado en sus redes sociales. Sin embargo, la reunión dejó en evidencia las diferentes perspectivas de los líderes europeos sobre cómo abordar el conflicto y su resolución.
Uno de los puntos centrales del debate fue la capacidad de Europa para financiar su propio sistema de Defensa. El canciller alemán, Olaf Scholz, subrayó la importancia de mantener el respaldo económico a Ucrania: «Seguir apoyando a Kiev es esencial, y esto sólo será posible si garantizamos los recursos necesarios. No debe haber una fractura entre Europa y Estados Unidos en este esfuerzo».
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, se mostró más escéptico sobre el margen de maniobra de la Unión Europea sin el respaldo de Washington. Planteó la posibilidad de desplegar tropas británicas dentro de un contingente internacional si se llegara a un acuerdo de paz, pero recalcó que «una garantía de seguridad liderada por Estados Unidos es la única forma real de evitar que Rusia vuelva a atacar Ucrania«.
Desde España, Pedro Sánchez adoptó un tono más desafiante, descartando por ahora el envío de tropas y destacando la necesidad de aumentar el presupuesto en defensa. «Europa debe asumir que su seguridad y su estrategia de defensa son un bien público que hay que reforzar. No es la primera vez que la Rusia de Putin se anexiona territorios ajenos, y debemos estar preparados para evitar nuevas agresiones», declaró el presidente español. Además, advirtió de que cualquier acuerdo debe garantizar una «seguridad justa y duradera» y criticó veladamente el enfoque estadounidense, aludiendo a la importancia del «orden multilateral» en la resolución del conflicto.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, reconoció que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca marca un nuevo capítulo en las relaciones transatlánticas. En su intervención, señaló que Europa debe adaptarse a esta nueva dinámica y asumir su responsabilidad en el fortalecimiento de la defensa regional: «Nuestros aliados en Washington nos han pedido que invirtamos más y nos hagamos más fuertes. No tiene sentido irritarse por ello, sino asumirlo como un reto».
En una línea similar, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, advirtió que Rusia no se detendrá en Ucrania si se le ofrece la oportunidad de reorganizarse. También alertó sobre los intentos de Estados Unidos de acelerar un cese al fuego sin garantías de estabilidad, lo que podría permitir a Moscú reforzar su capacidad ofensiva y amenazar a otros países europeos.
Las declaraciones de Frederiksen coincidieron con la postura del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien expresó su preocupación por el rumbo que están tomando las conversaciones de paz. En una entrevista con la televisión alemana ARD, criticó abiertamente a la administración estadounidense: «Quieren un acuerdo rápido y una victoria rápida, pero lo que buscan no es una victoria, sino simplemente un alto el fuego«.
A la cumbre de París también asistieron la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa. Sin embargo, ninguno de ellos ofreció declaraciones públicas tras la reunión.
El encuentro se celebró justo antes de una reunión clave entre representantes de Rusia y Estados Unidos en Arabia Saudí, en la que ambas potencias discutirán las condiciones para poner fin a la guerra, tres años después de la invasión rusa de Ucrania. Durante su campaña electoral, el presidente estadounidense dejó claro que su prioridad en política exterior es lograr la pacificación del conflicto, pero su estrategia ha despertado inquietud en Europa, donde algunos temen que el continente quede relegado a un papel secundario en la negociación final.