En España la prisión permanente revisable, lo más próximo a la cadena perpetua en Europa, entró en vigor en marzo de 2015.
La muerte de Gabriel Cruz aviva de nuevo la discusión sobre la prisión permanente revisable, una medida sobre la que tiene que pronunciarse el Constitucional, que está sometida a revisión en el Congreso y que un buen número de penalistas considera inadecuada por fomentar el «populismo punitivo».
Este jueves se inicia en el Congreso un camino que puede llevar a la derogación de una medida contemplada para casos especialmente graves -precisamente como el de Gabriel, por tratarse de una víctima de 8 años de edad- y que cuenta con un gran respaldo popular, un apoyo que ha crecido de forma exponencial por la campaña lanzada por padres de víctimas de casos similares.
En España la prisión permanente revisable, lo más próximo a la cadena perpetua en Europa, entró en vigor en marzo de 2015, tras una modificación del Código Penal.
En el entorno europeo se aplican penas similares, con la excepción de Portugal, el primer país del mundo en el que se abolió la cadena perpetua después de una reforma penal en 1884, y donde la máxima pena que recoge la ley es de 25 años.
Francia
En Francia la pena más dura del Código Penal es la de «perpetuidad irreducible», creada en 1994 en la última época del presidente socialista François Mitterand y que en casos excepcionales establece una prisión efectiva ilimitada.
Este castigo se destina especialmente a los condenados por asesinato de una víctima menor de 15 años y cuya muerte estuviese «precedida o acompañada de una violación, de torturas o de actos de barbarie». Desde 2011 se aplica también a los casos de asesinato de una persona depositaria de la autoridad pública y desde 2016 a los de terrorismo, cuando Francia fue víctima de ataques islamistas.
Italia
En Italia la máxima pena de prisión prevista, de acuerdo a la legislación vigente, es la cadena perpetua (Art.17 del Código Penal), que en 1944 sustituyó a la pena de muerte.
A partir del cumplimiento de al menos 20 años de prisión es posible la aplicación de beneficios penitenciarios, y cumplidos al menos 26 de la pena impuesta, los condenados a cadena perpetua pueden optar a la libertad condicional (Art. 176 del Código Penal).
Italia prevé también la figura de los «arrepentidos» («pentiti»), como por ejemplo los pertenecientes a una organización criminal que aceptan revelar sus secretos a la justicia a cambio de programas de protección especial y reducciones de la pena.
Reino Unido
En el Reino Unido y en la mayoría de los casos, el preso puede optar a la libertad condicional después de un período de tiempo que fija el juez. En casos excepcionales y delitos muy graves, no obstante, el magistrado puede dictaminar que esa cadena sea «orden de toda la vida», sin acceso a la libertad condicional.
Alemania
En Alemania, donde en marzo de 2016 había 1.883 personas condenadas a cadena perpetua, el Tribunal Constitucional falló que no se debe aplicar ese castigo automáticamente y que siempre debe darse una «perspectiva de reinserción».
El Código Penal se reformó en consecuencia para adaptarlo a esta pena y ahora contempla que, tras un mínimo de 15 años, un nuevo tribunal debe examinar cada caso de manera individual. Si tiene posibilidades de reinserción y no existe peligro para la sociedad, el reo puede quedar en libertad, aunque hay otros condicionantes.
Esta opción se puede eliminar en casos excepcionales y puede verse dificultada si en su sentencia inicial se identifica una «especial severidad de la culpa».
La media de los encarcelados con esta pena cumplen unos 20 años de cárcel, aunque hay casos actualmente que llevan más de 40.
Noruega y Dinamarca
En otros países como Noruega y Dinamarca existe la figura de la «custodia» (forvaring), una especie de cadena perpetua revisable para personas que han cometido crímenes especialmente graves y cuando existe riesgo de que puedan repetirlos.
Bélgica
En Bélgica existe la cadena perpetua, pero el preso tiene la posibilidad de solicitar la libertad condicional transcurridos quince años desde su entrada en la cárcel.
No obstante, en función de la gravedad de sus antecedentes y las condenas previas, puede verse obligado a permanecer hasta 23 años en prisión antes de poder pedir la salida del centro penitenciario, aunque la decisión final sobre la salida o permanencia en la cárcel la toma el Tribunal de Aplicación de Penas.
Holanda
En Holanda, que en sus cárceles tiene a unas 40 personas que cumplen ese castigo, la prisión permanente es estricta, con posibilidad de revisión solo tras cumplirse 27 años de la pena y ante las sospechas de que se haya producido una injusticia por parte del tribunal.
En otros países europeos y con diferentes matices existen igualmente condenas equivalentes a la cadena perpetua por delitos considerados de extrema gravedad y que se revisan después de al menos 15 años de prisión (o hasta 40 en el caso húngaro), como son los casos de Polonia, Austria, Rumanía, Hungría, Croacia o Eslovenia.
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