El Consejo de Estado de Francia, el máximo tribunal administrativo del país, ha dado ‘luz verde’ a la expulsión del imán Hasán Iquioussen, acusado por las autoridades de diseminar un discurso antisemita y misógino, según ha anunciado el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, en su perfil oficial de Twitter.
«Esta es una gran victoria para la República. Será expulsado del territorio nacional», ha expresado el titular de la cartera de Interior francés, una decisión que, según el tribunal administrativo, «no provoca un ataque grave y manifiestamente ilegal a la vida privada y familiar de Iquioussen».
«El juez sumario del Consejo de Estado considera que sus declaraciones antisemitas, realizadas durante varios años en numerosas conferencias ampliamente publicitadas, así como su discurso sobre la inferioridad de la mujer y su sumisión al hombre constituyen actos de provocación, discriminación explícita y deliberada», describe el juez en un escrito, tal y como ha recogido BFMTV.
El Tribunal Administrativo de París suspendió a principios de mes la expulsión a Marruecos del imán por «alentar a la violencia, al odio y a la discriminación«, en un caso que pone de manifiesto la tensión entre la nueva política del Gobierno francés que endurece la supervisión sobre las comunidades islámicas del país.
La corte ya indicó en su momento que la expulsión del imán, que mantiene supuestos vínculos con Hermanos Musulmanes, una de las organizaciones islámicas más numerosas del mundo, no supondría una «injerencia desproporcionada» en su «vida privada y familiar», según un texto recogido por ‘Le Monde’, que rebatió una decisión adoptada por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, aprobada incluso por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y que Marruecos había aceptado en principio.
El imán, de 57 años y nacido en Francia pero con nacionalidad marroquí, es una de las figuras religiosas más seguidas por la comunidad musulmana de Francia, con más de 170.000 suscriptores en su canal de YouTube y casi 43.000 en Facebook.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció en 2020 un nuevo plan contra el «separatismo islámico» en el país, del que se señaló como directo responsable, y por el que introdujo una ampliación de la prohibición del uso del pañuelo, el endurecimiento de los controles sobre las asociaciones musulmanes y modificaciones en el sistema escolar y de formación islámica.
