El candidato soberanista Călin Georgescu ha anunciado que impugnará la decisión de la Justicia rumana de bloquear su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo 4 de mayo de 2025. Su exclusión de la contienda ha generado una ola de indignación entre sus seguidores, que se han manifestado en Bucarest en protesta por lo que consideran un «atropello democrático» cuando lideraba todas las encuestas.
Las tensiones han estallado frente a la sede del Comité Electoral Central, donde los simpatizantes de Georgescu se han enfrentado a las fuerzas de seguridad. Durante los disturbios, un gendarme ha resultado herido en los altercados y varios ciudadanos han sido atendidos por el uso de gases lacrimógenos. La situación refleja el clima de crispación política que vive el país, especialmente tras la anulación de la primera vuelta de las elecciones, en la que Georgescu había resultado vencedor en diciembre.
El origen de la controversia radica en la evaluación de la documentación presentada por el candidato. La Comisión Electoral rechazó su expediente por supuestas «irregularidades» en el apartado de financiación, argumentando que faltaba una firma obligatoria. En respuesta, el líder patriota calificó la decisión como un «ataque directo contra la democracia» y lanzó duras críticas contra las instituciones europeas, a las que tachó de «dictadura». Además, advirtió que la caída de la democracia en Rumanía tendría repercusiones globales.
El Comité Electoral, por su parte, ha justificado su postura en un informe de tres páginas en el que, además de destacar supuestas deficiencias administrativas en la candidatura, también han cuestionado la idoneidad de Georgescu para asumir el cargo presidencial, alegando que «no representa los valores necesarios para ello».
