«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Un grupo LGTB de los tories, implicado en una red de pederastia

La primera ministra de Reino Unido, Theresa May

Tal y como recoge el ‘Daily Mail’, grupos LGTB de la formación conservadora británica estarían implicados en una gran red de pedofilia en cuyo seno, entre otras inefables actividades, se distribuía pornografía infantil.


Después de que en las postrimerías del pasado año se destapasen ingentes escándalos de cariz sexual protagonizados por algunos de sus miembros, lo último que necesita el Partido Conservador británico es aparecer en los medios de comunicación relacionado con conductas éticamente reprobables. No en vano, su ya endeble imagen pública podría deteriorarse aún más, tornando difícil, por no decir imposible, un nuevo triunfo electoral.
En cualquier caso, la dura realidad es que los casos de corrupción moral siguen saliendo a la luz. Así, tal y como recoge el ‘Daily Mail’ en su edición dominical, grupos LGTB de la formación estarían implicados en una gran red de pedofilia en cuyo seno, entre otras inefables actividades, se distribuía pornografía infantil.
El pasado viernes, de esta manera, el antiguo líder del más importante colectivo de gays y lesbianas de los tories, Matthew Sephton, fue arrestado bajo la acusación de haber compartido ‘las más horrendas imágenes de abuso sexual contra niños’. Un escalofriante caso que se torna todavía más sangrante si tenemos en cuenta que Sephton, que fue candidato al Parlamento británico, ejercía hasta hace tres días como profesor de primaria.

¿Un escándalo inesperado?

Aunque resulte desconcertante, lo cierto es que han sido muchas las voces que en los últimos años se han alzado para denunciar lo que ocurría en los grupos LGTB del partido. Por ejemplo, Ben Harris-Quinney, presidente del Tory Bow Group, le transmitió a la Ejecutiva del Partido Conservador su sospecha de que el antiguamente denominado ‘Grupo LGBTory’ estaba envuelto en una amplia red de pedofilia. Sus advertencias fueron, naturalmente, ignoradas.
Así lo explicaba Harris-Quinney en declaraciones al ya citado Daily Mail: ‘En 2015 transmití a importantes figuras del partido mi preocupación por el comportamiento de un grupo que tenía conexiones con el LGBTory, pero fui ignorado. Creo que hay evidencias sustanciales de que están envueltos en abusos sexuales a niños menores de edad, violaciones y prácticas pedófilas. Es indispensable que Mr Lewis emprenda una investigación’.
El presidente del Tory Brow Group demanda, de este modo, que el nuevo líder del Partido Conservador, Brandon Lewis, se afane en esclarecer unos hechos que, de obtener el eco mediático que ameritan, podrían dañar la imagen pública de los tories.

Exigua repercusión en España

Quizá a alguno le sorprenda que hechos tan noticiosos como éstos hayan tenido tan exigua repercusión mediática en España, sobre todo teniendo en consideración que los casos de abuso sexual protagonizados por tories siempre han gozado de un generoso espacio en nuestros medios.
Tal vez encontremos la explicación a este enigma en el hecho de que los implicados en estos escándalos formen parte del intocable colectivo LGTB. Un colectivo al que nuestras élites mediáticas y políticas han presentado durante años y años como epítome de cuantas virtudes existen y del que, por tanto, no se pueden imaginar acciones moralmente reprobables.

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter