«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LAS AUTORIDADES INVESTIGAN A AL MENOS 15 EURODIPUTADOS

‘Huaweigate’: el PP de Von der Leyen, en el epicentro de la nueva trama de corrupción en Bruselas

El eurodiputado Fulvio Martusciello (PPE) junto a Ursula Von der Leyen.

Dos semanas después de que comenzaran los registros a domicilios y oficinas de diputados y personal del Parlamento Europeo, las autoridades han empezado a revelar los nombres implicados en el escándalo de sobornos del gigante tecnológico chino Huawei. Aunque la lista aún no está completa, hasta la fecha sólo incluye a miembros del Partido Popular Europeo (PPE) y a algunos socialistas, apuntando una vez más a la corriente dominante en Bruselas.

Resulta significativo que el PPE de Ursula von der Leyen se vea ahora envuelto en su propio escándalo de corrupción de alto nivel, teniendo en cuenta que el otro gran grupo del Parlamento Europeo, el socialista S&D, acaparó toda la atención mediática durante el caso Qatargate hace apenas unos años.

Según los fiscales belgas —que trabajan junto con sus homólogos portugueses e italianos— el principal sospechoso es Valerio Ottati, un exasistente parlamentario italiano revelado como lobista de Huawei. De acuerdo con una investigación del medio Follow the Money, Ottati está acusado de orquestar un plan de sobornos a eurodiputados para favorecer los intereses de la empresa china.

Las autoridades aseguran que Ottati utilizó facturas falsas emitidas por una empresa de eventos con sede en Bruselas para canalizar fondos hacia cuentas bancarias en Portugal. Desde allí, el dinero se habría utilizado para pagar a los eurodiputados que firmaron una carta enviada a la Comisión Europea en 2021, instando a incluir a Huawei en el despliegue de la red 5G en la Unión Europea. Presuntamente, se prometieron hasta 15.000 euros al autor de la carta y otros 1.500 euros a cada firmante.

En el documento, los eurodiputados defendían que un rápido despliegue del 5G era clave para la «soberanía digital» de Europa y advertían contra cualquier discriminación hacia empresas en función de su país de origen, una referencia directa a Huawei. Los firmantes llegaron a calificar de «racismo tecnológico» los vetos hacia la empresa china, pese a las advertencias de las agencias de inteligencia europeas y estadounidenses sobre sus riesgos para la seguridad.

Ottati habría trabajado estrechamente con Lucia Simeone, asistente parlamentaria del eurodiputado Fulvio Martusciello (PPE), recientemente detenida. Martusciello figura como primer firmante de la carta y podría haber tenido un papel clave en convencer a sus colegas para sumarse a la iniciativa.

La redacción de la carta habría estado bajo la supervisión del propio Ottati, ya que la Policía encontró el borrador en su ordenador portátil. El archivo fue creado por Nuno WM, exasistente de Martusciello, quien habría actuado como intermediario, encargado de distribuir los pagos entre los firmantes.

Según los investigadores, Nuno WM recibió cerca de 50.000 euros de Huawei a través de una empresa británica y otra belga vinculadas habitualmente al gigante tecnológico. De esa cantidad, Martusciello habría recibido 6.700 euros, Simeone otros 1.000, los demás firmantes 11.800 en total, y una figura aún no identificada, conocida como «Adam M.» —presumiblemente el autor de la carta— habría recibido 14.800 euros.

Entre los ocho eurodiputados que firmaron el documento, seis pertenecen al PPE (cuatro italianos y dos rumanos) y dos al grupo socialista S&D (uno de cada país).

Tanto Martusciello como Nuno WM y el ex eurodiputado rumano Cristian Busoi (PPE) han negado las acusaciones. Por su parte, el abogado de Ottati ha declinado hacer declaraciones, apelando al secreto de la investigación en curso.

Este episodio relacionado con la carta sería sólo el primer capítulo de un escándalo mucho más amplio. Las autoridades belgas han confirmado que investigan a al menos 15 eurodiputados —actuales y antiguos— por su presunta participación en una trama de corrupción al servicio de Huawei durante los últimos tres años. Según el abogado de Martusciello, este ni siquiera formaba parte del grupo inicial de sospechosos.

Bruselas vuelve a verse salpicada por un caso que deja al descubierto los tentáculos del poder extranjero y la fragilidad ética de quienes, desde las alturas del Parlamento Europeo, dicen representar los valores de Europa.

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