La empresa de ideología woke y abierta a la acogida de inmigrantes que gestionaba el teatro Gaîté Lyrique ha roto el contrato con el Ayuntamiento de París después de que, hace más de un mes, unos 400 inmigrantes ilegales lo okupasen tras ser invitados a una función. La situación se ha vuelto insostenible, con continuos episodios de violencia y graves problemas de convivencia que han puesto en riesgo tanto a los okupas como a quienes hasta ahora trabajaban en el recinto.
Durante los últimos 79 días —desde la ocupación—, la dirección ha solicitado sin éxito la intervención de las autoridades para resolver una crisis que ha derivado en incendios y condiciones de hacinamiento extremo. En un comunicado divulgado por Le Figaro el 26 de febrero, la gerencia denunció la falta de respuestas y alertó sobre la situación «explosiva» que vive el lugar.
Los empleados del teatro ya habían abandonado las instalaciones hace algunos días por lo que consideraron un «riesgo grave e inminente» para su seguridad. Además, la dirección advirtió que si no se ponía fin a la ocupación antes del viernes pasado, cesaría los contratos con los servicios de seguridad, mantenimiento y limpieza, lo que agudizaría aún más el deterioro de las condiciones en el edificio.
La presión sobre el Ayuntamiento de París, propietario del teatro, ha ido en aumento. Aunque la administración municipal llevó el caso ante el tribunal administrativo y obtuvo una orden de desalojo el 14 de febrero con un plazo de un mes, se ha negado a recurrir a la policía para ejecutar la medida. En su lugar, ha instado al gobierno central a asumir la responsabilidad de reubicar a los inmigrantes ilegales.