Tras la victoria del partido de extrema izquierda francés, el Nuevo Frente Popular, numerosos militantes se congregaron en la emblemática Plaza de la República en París para celebrar este triunfo. La celebración estuvo marcada por una gran afluencia de personas que expresaron su respaldo al partido.
Durante el transcurso de la celebración, los manifestantes corearon consignas enérgicas como «todo el mundo odia a los fascistas», en clara referencia al partido conservador liderado por Marine Le Pen. Además, se pudieron observar numerosas banderas ondeando. Entre ellas, destacaba la bandera de Francia junto a la de Palestina, la cual llevaba inscrito el mensaje «¡Francia es un tejido de migración!».
Momentos después, se desencadenaron enfrentamientos entre los diversos militantes de extrema izquierda, incluidos inmigrantes ilegales, y las fuerzas policiales. Los disturbios se intensificaron rápidamente, ya que los manifestantes comenzaron a utilizar pirotecnia para atacar a la policía mientras recorrían las calles de París.
A medida que la tensión aumentaba, los manifestantes erigieron barricadas improvisadas con el fin de obstaculizar el avance de las autoridades y mantener su posición en las calles. Además, lanzaron diversas botellas de vidrio, agravando aún más la situación y generando un ambiente de caos y violencia.
Además, según el periódico francés Le Figaro, durante una manifestación en Nantes tras la proclamación de los resultados, «un agente de policía sufrió una quemadura de segundo grado despues de que un cocktail Molotov explotara cerca suyo».