La denuncia de Keira Bell contra Tavistock, la mayor clínica para cambios de sexo en Reino Unido, desencadenó la de muchos otros jóvenes y provocó que el Servicio Nacional de Salud británico (NHS por sus siglas en inglés) abriese una investigación que culminó con el cierre del centro y con el cambio de la legislación hasta entonces vigente sobre el tratamiento a menores con disforia de género.
Bell ha reaccionado este martes a la decisión del Tribunal Supremo de Reino Unido que determina que la prohibición para el uso de bloqueadores de la pubertad en menores que el Gobierno de ese país aprobó en mayo mediante una legislación de emergencia es legal.
«Hace más de 5 años me uní a Sue Evans, que planteó inquietudes hace VEINTE años, donde me convertí en la eventual cara del caso Bell vs Tavistock en 2020. La prohibición del Gobierno de Reino Unido de los bloqueadores de la pubertad ha tardado en llegar. Es hora de que el resto de Occidente se ponga al día«, ha escrito Bell en su cuenta en X.
Over 5 years ago I joined @sueevansprotect who raised concerns TWENTY years ago, where I became the face of the eventual Bell v Tavistock case in 2020.
— Keira Bell (@KLBfax) July 29, 2024
The UK gov ban on puberty blockers has been a long time coming. It's time for the rest of the west to catch up. pic.twitter.com/G9PJhmpMhW
La denuncia de Bell, que se arrepintió del cambio de sexo al que la sometieron en Tavistock cuando era sólo una niña y sin tener en cuenta los problemas psicológicos por los que atravesaba, supuso en Reino Unido el inicio del fin de las clínicas transgénero y dio un giro radical a las políticas que, hasta ese momento, se estaban aplicando. A Reino Unido le siguieron otras naciones europeas que también han restringido este tipo de tratamientos conforme se han ido haciendo públicas más denuncias de lo que se como detransicionadores.
Sin embargo, en países como España con la reciente aprobación de la ley trans impulsada por el Gobierno de Sánchez, la dirección que se está siguiendo es la contraria. Para Ejecutivos como el español, Bell ha enviado un mensaje: «Es hora de que el resto de Occidente se ponga al día».
