Los tribunales franceses han desechado una ley contra la propaganda terrorista porque «dañaría la libertad de comunicación».
La justicia francesa ha tumbado un decreto de ley que abogaba por cerrar y sancionar a los responsables de páginas webs dedicadas a difundir propaganda de grupos terroristas. La regla estimaba que los autores de las publicaciones podrían haber sido condenados a dos años de prisión y una multa de 30.000€ dólares. Sin embargo, el Consejo Constitucional ha vuelto a rechazar su puesta en marcha.
Según informa L’Express, la ley había sido rechazada previamente en el mes de febrero y había sido modificada en el parlamento francés. El nuevo texto preveía que los condenados por visitar este tipo de páginas tuvieran un castigo de dos años de prisión y 30.000 euros de sanción. La justificación a este tipo de actos, además de la amenaza terrorista actual, era la «visita habitual, sin motivo legítimo, de un servicio de comunicación difundiendo actos de terrorismo o representaciones de ataques deliberados contra la vida humana».
El auto que tumba la medida explicó que «las leyes actuales contra el terrorismo eran suficientes y que podían socavar la libertad de comunicación».
«La visita de este tipos de páginas web debe ir acompañada de la manifestación de adherencia ideológica a esa corriente de pensamiento», aseguraron los jueces. Internet y las redes sociales se ha convertido en la plataforma utilizada por los extremistas, especialmente el autoproclamado Estado Islámico, para difundir sus atrocidades.
‘No al islam’
La brecha respecto al islam se acrecienta aún más en Europa. El 60% de los franceses admite ya sin ambages que no cree que el islam sea compatible con los valores de la sociedad, mientras que el 65% apuesta por reducir la inmigración.
Una encuesta de Ipsos para Le Monde muestra un aumento del rechazo a la inmigración masiva entre los partidarios de todos los partidos, incluidos los socialistas. Según el 61% de los franceses, la mayor parte de los recién llegados no hace “esfuerzos” por integrarse en Francia.
Un 74% de los encuestados afirma que el islam quiere imponer “su modo de funcionamiento” a la sociedad francesa. Un sentimiento que es mayoritario entre los partidarios del Frente Nacional y Los Republicanos y que continúa al alza entre los socialistas y los votantes de Macron.
La sharia en París
Éric Zemmour puso de manifiesto un fenómeno que se viene repitiendo en los barrios periféricos de las grandes ciudades europeas: la creación de grandes barrios musulmanes donde la ley islámica ha sustituido al Estado. “Es necesario afrontar el problema en muchas zonas. Hay innumerables barrios donde las ‘no-go zones’ son habituales. Allí no se vive a la francesa, sino al estilo musulmán”, advirtió.
“¿El futuro de Francia pasa por lugares donde los hombres se visten con túnicas, las mujeres no tienen permitido salir de casa y las costumbres no tienen nada que ver con la tradición occidental?”, se preguntó Zemmour, que denunció la connivencia de las autoridades con estos fenómenos: “Tras los disturbios de Trappes, la ley del burka integral no se aplica. Los policías creen que es mejor no hacerlo para evitar incidentes”.
La realidad de las ‘no-go zones’ fue desvelada por dos activistas de la llamada Brigada de las Madres, que denunciaron los hechos y grabaron las reacciones de los musulmanes con cámara oculta. Las imágenes no dejan lugar a dudas.
Cuando Madia y Aziza acceden a un establecimiento, los hombres se sorprenden. Las mujeres tienen prohibido “de facto” entrar en estos negocios y su presencia incomoda a muchos musulmanes que admiten sin ambages que “no deberían estar aquí”.
“Esto no es París. Aquí tenemos una mentalidad diferente y seguimos las enseñanzas del islam”, reconoce otro hombre, ajeno a la cámara que le está grabando. Cuando una de las activistas le pregunta si no estaría mejor viviendo en Arabia Saudí, el musulmán responde: “Francia es un paraíso para nosotros”.