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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La (pen)última rebelión de Polonia ante el establishment europeísta

«El proyecto cuenta con amplio respaldo social y el apoyo de todos los partidos, algo muy raro en nuestro clima político actual», señala el Partido Campesino

Polonia podría convertirse en el primer socio comunitario en suprimir el cambio de horario de invierno y verano si prospera una iniciativa parlamentaria que, por ahora, cuenta con el apoyo de todos los partidos políticos, algo excepcional dentro del clima de división que vive el país.
El Partido Campesino (PSL) es el responsable de que una comisión parlamentaria esté estudiando la posibilidad de mantener la hora estival durante todo el año y acabar a partir de 2018 con el cambio de horario vigente desde 1977 (una hora más que la GMT en invierno y dos más en verano).

Insomnio y gasto energético

Quienes apoyan la reforma afirman que el cambio de horario provoca problemas de salud y además perjudica la economía polaca, al generar mayor coste energético.
«Los cambios de horario pueden provocar desequilibrios en el organismo y generar cambios de humor, problemas para dormir y un mayor riesgo de ataques cardíacos y accidentes de tráfico», asegura uno de los impulsores de la medida, Bronislaw Karasek, del Partido Campesino.
Por ahora todos los partidos con representación en el Parlamento polaco parecen favorables a acabar con el horario de verano e invierno, en una rara muestra de unidad política en un país donde en los últimos años son constantes los enfrentamientos entre el Gobierno nacionalista y conservador de Ley y Justicia y la oposición.
«El proyecto cuenta con amplio respaldo social y el apoyo de todos los partidos, algo muy raro en nuestro clima político actual», reconoce el líder del PSL, Wladyslaw Kosiniak.
Según un sondeo publicado por la plataforma digital Wirtualna Polska, un 62 % de la población polaca considera que el cambio de horario no es necesario y sólo un 20 % creen que es conveniente.

Unanimidad europea

Actualmente casi 70 países de todo el mundo cambian la hora dos veces al año, incluidos todos los Estados europeos con excepción de Islandia y Bielorrusia, mientras que Rusia decidió en 2014 pasarse al horario de invierno de manera perpetua alegando precisamente razones de ahorro energético y salud de sus ciudadanos.
«El cambio de horario provoca problemas de sueño y altera el organismo, por lo que parece una buena idea suprimirlo», señala a Efe una empresaria de Varsovia, Magda Pawlas, quien cree que el reloj debería mantenerse sin cambios durante todo el año.
Sin embargo, quienes se oponen a la reforma auguran grandes inconvenientes para Polonia si unifica la hora, sobre todo en el funcionamiento de los sistemas informáticos, que tendrán que adaptarse a una alteración inesperada.
«Actualmente contamos con teléfonos inteligentes, nuestra economía se desarrolla a través de ordenadores y sistemas informáticos complejos que controlan desde nuestra industria hasta procesos cotidianos como el suministro de agua, y todos esos sistemas podrían verse afectados si se producen cambios en el horario», explica a Efe el ingeniero informático, Michal Borkowski.
Otros detractores se preocupan por cómo una medida como abolir el horario de invierno y verano puede alejar a Polonia de otros Estados comunitarios, especialmente de Alemania, su principal socio comercial.
«Trabajo para una empresa alemana y voy mucho a ese país, para mí sería un problema tener que cambiar el reloj cada vez que viajo o tener un horario diferente al que tienen mis compañeros en Alemania», apunta a Efe Maciej Raczynski.
Por ahora los diputados siguen estudiando la medida, que podría someterse a debate parlamentario en las próximas semanas si se mantiene el apoyo de todas las fuerzas políticas y se da luz verde para su tramitación.
Oficialmente el Gobierno polaco no se ha pronunciado sobre la cuestión, aunque sí se augura que la Comisión Europea se opondrá a una medida que dejaría a Polonia a una hora de distancia de sus socios comunitarios.
Más allá del debate político, este año los polacos volverán a retrasar una hora sus relojes el próximo 28 de octubre para adoptar el horario de invierno, aunque quizá ésta sea la última vez.
*Una crónica de Nacho Temiño (EFE)

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