Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han acordado el presupuesto de la UE para el año 2025 en «un contexto geopolítico difícil». Las cuentas pactadas prevén un total de 199.438,4 millones de euros de gasto, vuelven a centrarse en las prioridades ideológicas de Bruselas, como la transición verde y digital, y subestiman una vez más la urgencia de reforzar las fronteras y la seguridad del continente.
Deja disponibles 800,5 millones de euros bajo el marco financiero plurianual (MFP) para 2021-2027 que podrían ser utilizados en emergencias inesperadas. «Esta flexibilidad parece una concesión insuficiente cuando los fondos dedicados a inmigración y gestión de fronteras son sólo de 4.791,1 millones de euros, y los destinados a seguridad y defensa no superan los 2.632,6″.
Los datos reflejan las habituales prioridades de Bruselas: se han asignado 77.980 millones de euros a los programas de «cohesión, resiliencia y valores», mientras que los fondos para el sector de recursos naturales y medio ambiente ascienden a 56.731 millones. Incluyen 39.975 millones en pagos directos para promover políticas ecológicas que a menudo cargan sobre el contribuyente los costes de la agenda verde.
Se destinan 16.308 millones de euros al capítulo de «Vecindad y el mundo», mientras que las necesidades de seguridad en Europa «son tratadas con mínima atención presupuestaria». Desde Patriotas señalan que la UE «continúa priorizando agendas globalistas y de intervención externa por encima de la seguridad y la estabilidad interna. Muestra una desconexión alarmante con las necesidades reales de los europeos».