«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Es considerada una interlocutora útil por su cercanía al republicano

La Unión Europea aplaude la visita de Meloni a Trump mientras marca distancias con el viaje de Sánchez a China

Giorgia Meloni junto a Donald Trump. Redes sociales

La Unión Europea ha valorado positivamente el viaje coordinado de Giorgia Meloni a Washington para reunirse con Donald Trump, en lo que será el primer encuentro presencial entre el nuevo presidente estadounidense y un líder europeo tras el anuncio postpuesto de aranceles. A diferencia de otros mandatarios del continente, como Pedro Sánchez, que recientemente viajó a China sin una coordinación estrecha con Bruselas, la primera ministra italiana ha mantenido un contacto directo y constante con la Comisión Europea en los días previos a su visita.

Desde el Ejecutivo comunitario se subraya que el comercio exterior es competencia exclusiva de Bruselas, pero también se ha reconocido el valor de ciertas gestiones diplomáticas realizadas por los Estados miembro, siempre que éstas se desarrollen en plena sintonía con las instituciones comunitarias. En este sentido, Meloni ha informado a Ursula von der Leyen de los detalles de su desplazamiento y ambas líderes tienen previsto volver a hablar antes del encuentro con Trump, según explicó la portavoz adjunta de la presidenta, Arianna Podestà.

«Se está realizando una coordinación muy estrecha entre ambas», señaló Podestà durante la rueda de prensa diaria en la sede de la Comisión, insistiendo en que cualquier canal de interlocución con Washington es bien recibido, especialmente en un momento de tensión comercial. Esta cooperación se considera esencial ahora que Von der Leyen todavía no ha tenido la oportunidad de reunirse con el nuevo equipo de la Casa Blanca.

El viaje de Meloni, aunque con una dimensión bilateral evidente, se interpreta desde Bruselas como un movimiento diplomático que puede contribuir a amortiguar los efectos de las nuevas medidas comerciales anunciadas por Trump. La dirigente italiana, que mantiene una relación personal fluida con el presidente norteamericano —incluso fue invitada a su segunda toma de posesión—, aspira a actuar como interlocutora útil para acercar posiciones y defender los intereses europeos.

En contraste, la reciente visita de Pedro Sánchez a Pekín no ha recibido la misma acogida desde Bruselas. Según fuentes comunitarias, aquel viaje tuvo un carácter «estrictamente bilateral» y no se enmarcó dentro de una estrategia europea consensuada. La portavoz de la Comisión, Paula Pinho, evitó confirmar que la visita del jefe del Ejecutivo español hubiera sido objeto de una preparación específica con las autoridades comunitarias, limitándose a señalar que Von der Leyen mantiene conversaciones regulares con distintos líderes de la UE.

Un indicio claro de esta falta de coordinación fue la llamada que la propia Von der Leyen hizo al primer ministro chino, Li Qiang, apenas 48 horas antes de la llegada de Sánchez a Pekín. En esa conversación, la presidenta de la Comisión trasladó de forma directa las preocupaciones de Bruselas sobre la tensión comercial con China, un gesto interpretado como una muestra de desconfianza en las gestiones del presidente español.

Desde la Comisión se ha querido dejar claro que ningún líder nacional actúa en representación de la UE cuando emprende viajes oficiales fuera del territorio comunitario, aunque se espera que sus mensajes estén lo más alineados posible con la posición común europea. Esa diferencia de enfoque es lo que marca el contraste entre el viaje de Meloni —planificado en estrecho contacto con Bruselas— y el de Sánchez —percibido como una iniciativa unilateral con escaso respaldo institucional.

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