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Lo lamento, Michnik

Adam Michnik. Reuters

Su viejo amigo le explica a Adam Michnik por qué no le dieron el premio cuando habría sido glorioso y se lo dan emponzoñado por los intereses sectarios del peor Gobierno de la historia de España

Ahora mismo no tengo nada claro si aún soy amigo de Adam Michnik, periodista, escritor y activista polaco, el flamante Premio Princesa de Asturias de la Comunicación. Se lo tendré que preguntar en Oviedo el día 28 en que reciba este premio que lleva el nombre de la heredera de la Corona Española. Es un premio que los españoles aprendimos a apreciar, que creó tradición y mantuvo su bonita y sobria solemnidad, pero que, por desgracia y no de forma ajena a otros males, cada vez se ve más marcado por la obsesión sectaria izquierdista del Gobierno de Pedro Sánchez, que acaba imponiendo sus premiados.

VOX es víctima de la violencia de todos los aliados del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez

A nadie debe extrañar que el jefe de un Gobierno que sobrevive gracias a todas las fuerzas enemigas de la Corona y de España, desde comunistas, separatistas narcochavistas y filoterroristas, intente arrebatar a los Reyes y la Casa Real desde el besamanos del Día de la Hispanidad, el presupuesto mínimo necesario, la máxima representación del Estado y por supuesto el control de unos Premios Princesa de Asturias que por ello son cada vez más tendenciosos, cada vez más claramente ideológicos, cada vez más izquierdistas. A Adam Michnik no se lo dieron cuando era uno de los máximos representantes del triunfante anticomunismo. Se lo dan ahora cuando es un publicista significado de la guerra sin cuartel de las instituciones de la Unión Europea, a su vez cada vez más ideologizadas e identificadas con el globalismo socialdemócrata, contra la nueva política conservadora en Europa. Es esa a la que sus enemigos llaman “ultraderecha”, “extrema derecha” o “neofascismo” de forma falaz y mendaz. En especial se refieren a los gobiernos polaco y húngaro y a partidos como VOX, Fratelli Italia, los Demócratas Suecos y tantos que surgen y crecen contra el rodillo ideológico progresista de la injerencia y la imposición socialdemócrata. Michnik no recibe el premio por su defensa de la justicia y la libertad, como lo habría recibido en 1995 o 2005. Lo recibe como destacado propagandista y jefe del bando de la doble vara de medir, de la homogeneización ideológica, de la voluntad de imposición y del desprecio de las elites por los intereses generales. 

Digo que no sé cuál es el vigor de nuestra amistad para él, porque en unas entrevistas me trata como «Hermann Tertsch, un buen amigo mío» cuyo ingreso en VOX «le ha conmocionado» y en otras me viene a definir como parte de «un microbio político que puede o bien desaparecer, o bien infectar el cuerpo entero». No les aburriré con las barbaridades que dice Gazeta Wyborcza, el periódico que dirige, sobre VOX, Abascal, Meloni y toda la derecha real europea, porque son conocidos y manidos. Están todos copiados de los improperios y las difamaciones que formulan medios españoles como La Sexta y especialmente El País y el grupo PRISA cuando se refieren a los españoles que no votamos ni a la izquierda socialista, comunista o separatista ni a sus emuladores “ultracentristas” y moderaditos del PP.

Me considere Adam Michnik a mí todavía su amigo o no, yo seguiré recordando con afecto su coraje y su divertida cordialidad de otros tiempos

Si se hubieran informado bien Michnik, su periódico y todos los que usan a VOX para hacer campaña contra su propio Gobierno en Polonia, sabrían que VOX es hoy el partido más democrático en el sistema político español porque es el único que defiende activamente la Constitución y las leyes. Es el único que ha anunciado respeto exquisito a los requisitos y procedimientos para cualquier hipotética modificación de la misma. Como es el único que muestra oposición real y resistencia activa en todos los terrenos legales a los abusos, excesos y delitos de un Gobierno cuajado de enemigos del Estado. VOX jamás ha utilizado la violencia contra nadie y es víctima de la violencia de todos los aliados del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, de las guardias pretorianas comunistas de Pablo Iglesias y de las camadas de cachorros del odio de los etarras y la ultraizquierda. Es VOX el único partido que no puede celebrar sus mítines sin sufrir agresiones en muchas partes de España. Es el único partido que defiende a la mujer de las agresiones reales, el único partido que insiste en la igualdad ante la ley de hombre y mujer. También es el único partido que defiende que la guerra civil es un capítulo cerrado para unas generaciones españolas que deben vivir con aquella tragedia española común como objeto de estudio y reflexión, no como arma política arrojadiza y generadora de odio. El el único partido que lucha por la plena igualdad de derechos de todos los españoles en todo el territorio nacional de España.

Al final, ¡oh paradoja!, tenemos a Michnik premiado por luchar por el socialismo, aunque sea el socialismo vegano de la Unión Europea

Todo eso lo sabría Adam Michnik si ejerciera aun el rigor periodístico y el compromiso en la lucha contra la mentira y por la verdad a cualquier precio que en su día consideramos su bandera. Lo cierto es que respecto a VOX ni en su diario ni en él se reflejan esas virtudes. Menos aun si cabe en ciertos periodistas, especialmente en el mayor difamador de VOX en esa casa, Maciek Stasinski, que fuera chico para todo de mi amigo Ricardo Estarriol, un recordado corresponsal de La Vanguardia en Europa Central y Oriental, y que hoy vive de copiar y repetir todos los infundios que contra el terrible fascismo de Abascal o Monasterio, Buxadé o Tertsch publican los amigos del Gobierno de Sánchez, Podemos y ETA.   

Me considere Adam Michnik a mí todavía su amigo o no, yo seguiré recordando con afecto y aprecio su coraje, su lucidez y su divertida cordialidad de otros tiempos. Aunque hace tiempo que nos vimos por última vez, cuando participé en el rodaje de un largo documental sobre su persona, estoy seguro de que la cordialidad la conservará. Pero, a la vista de sus juicios estrepitosos sobre cuestiones que yo conozco y él ignora, me temo que la lucidez, la autoexigencia, el rigor y también la honestidad intelectual se le han cansado al viejo guerrero de la libertad y la verdad. Temo que tenga todas esas virtudes en reposo entre almohadas de conveniencias. Y que su siempre vehemente militancia nada tenga que ver con aquella épica lucha por la libertad, sino con otra mucho menos heroica que es la de doblegar la resistencia de los que negamos obediencia al coloso totalitario de la socialdemocracia y del globalismo. 

El premio se lo han adjudicado por conveniencia política quienes maltratan (…) a toda la institución de la Corona

Al final, ¡oh paradoja!, tenemos a Michnik premiado por luchar por el socialismo, aunque sea el socialismo vegano de la Unión Europea y no directamente por el socialismo caníbal iberoamericano tan similar al soviético que combatió en Polonia hace cuarenta años. Aunque en el caso del PSOE, hay que hacer una salvedad, porque el socialismo del PSOE desde Zapatero es poco vegano/europeo y fue tomado tomado por el canibalismo del chavismo iberoamericano. Ese que ha llevado a Zapatero a ser el capataz del mayor asesino de América. La corrupción venezolana fue un pantano que engulló para siempre todo resto de honradez y dignidad del socialismo español y lo comprometió en obediencia irrevocable con varios otros regímenes comunistas y narcotraficantes. Conviene que Michnik sepa quienes son los amigos de quienes le dan el premio porque esos sí son los amigos de Putin, no Santiago Abascal ni Hermann Tertsch que condenamos la criminal invasión rusa y somos, plenamente solidarios con Polonia y los Bálticos y las naciones soberanas de Centroeuropea. No se engañe Adam. El Premio Princesa de Asturias se lo entrega la impecable hija primogénita del Rey. Pero el premio se lo han adjudicado por conveniencia política quienes maltratan, vejan y acosan a este Jefe de Estado y a toda la institución de la Corona. El premio se lo otorga el Gobierno del PSOE y es un premio de Sánchez, el peor mentiroso y abusador habido en cabeza de un Gobierno de España, de Zapatero, un implicado en regímenes comunistas narcotraficantes, torturadores y asesinos que tienen como invitados a los mercenarios del Grupo Wagner, y de los comunistas de Podemos y los separatistas y golpistas y filoterroristas. Y por supuesto de sus aliados Nicolás Maduro, Díaz Canel, Lula da Silva y todos los criminales que extienden el comunismo gracias al Foro de Sao Paulo/Grupo de Puebla, el mayor cártel del mundo de tráfico de cocaína. 

Es por todo ello una gran pena que yo no pueda celebrar con Michnik un Premio Princesa de Asturias que tanto le habría deseado hace treinta años. Hoy sé por qué se lo dan y sé quién se lo da. Y no tengo nada que celebrar. Porque todo lo que toca el Gobierno de Sánchez queda sucio, devaluado, falsificado o profanado. La sumisión de la izquierda a un personaje como Pedro Sánchez ha supuesto su definitivo hundimiento en la perversión política que inevitablemente desemboca en el crimen. Cierto es que todo se preparó bajo Zapatero. Y que Rajoy y todos sus gobiernos colaboraron como disciplinados peones de obra en la gestación de la nueva tragedia española.

Todo lo que toca el Gobierno de Sánchez queda sucio, devaluado, falsificado o profanado

Sé perfectamente que a Michnik le informan sobre España los peores enemigos no ya de VOX, sino de la verdad. Y sé también que nuestra alianza en el Europarlamento con los enemigos de Michnik, es decir, el actual Gobierno polaco, convierte a VOX en un blanco favorito en las luchas internas polacas, entre los conservadores que gobiernan y los aliados del Partido Popular, que son la izquierda en aquel país. Porque cuando los periodistas de Michnik atacan a VOX y lo tachan de partido que hunde sus raíces en el franquismo han sido tan mal informados que ignoran que con «las raíces del franquismo», -que no es ninguna deshonra porque fueron quienes hicieron la transición-, solo pueden referirse a UCD, a AP y, por tanto, al PP, es decir, al partido del mismo grupo que la oposición polaca pepera a la que tan vehementemente defiende las fuerzas izquierdistas.

El periódico de Michnik, Gazeta Wyborcza, en el que debo recordar que yo escribí regularmente en su día, me llama ahora a mí y a quienes piensan como yo fascistas, totalitarios, xenófobos, machistas, adoradores y herederos de Franco. Y salen con la monserga de que VOX es aliada de Vladimir Putin, el criminal presidente de Rusia al que yo condeno, ataco y desprecio desde épocas en las que todos los jefes de Gobierno de la OTAN perdían el culo por hacerse una foto o merendar con él. Otra recurrente falsedad es la de que VOX alberga nazis. Si ha habido algún nazi en VOX, se le ha echado. En VOX lo que hay es mucha gente que comparte ideología con Konrad Adenauer o del Conde Galen, compañero de mi padre en las celdas de la Gestapo en Moabit y después en Sachsenhausen después del 20 de julio de 1944. Eran conservadores católicos. Hoy los llamarían nazis toda la jauría mediática controlada por una izquierda inculta, primitiva e ignorante.

Las relaciones se hacen insostenibles cuando se te criminaliza sin motivo y se te niega el mero derecho a la existencia política

Son muchas las amistades que se han desvanecidos en estas dos décadas de polarización política en España, algo que Michnik entenderá porque en Polonia también ha pasado. Desde que con el milenio instancias poderosas decidieron que España no debía prosperar y debía descarrilar en el sentido literal. Para ello era necesario agudizar todas las debilidades de la nación y sus instituciones. Así, la izquierda revanchista movilizada por Zapatero y con pacto secreto de PSOE, ETA y ERC tenía preparado todo el escenario para cuando llegaron las bombas. Así se dinamitaron la convivencia y una reconciliación nacional que mi generación libérrima e ilusa en el postfranquismo había creído irreversible. Así volaron también muchas amistades. Por mucho que los amigos de antaño lo lamentaran.

Hubo muchas decepciones y también dolor. Pero las relaciones se hacen insostenibles cuando se te criminaliza sin motivo y se te niega el mero derecho a la existencia política, mientras el otrora amigo se abraza a quien asesinó a tus seres queridos y a quienes hacen apología infinita de salvajadas cometidas hace 80 años y que provocaron la guerra. Si se quieren saldar cuentas, no hay abrazo que valga. Siempre que no recurramos a mentiras como la del célebre cuadro de Genovés que llamaron «el abrazo» y que menos por candidez que por interés convirtieron en símbolo de la reconciliación. Ese cuadro no refleja la reconciliación, sino a unos comunistas saliendo de la cárcel abrazando a otros comunistas que los esperan. Es una imagen bonita y fraternal pero la propia estafa de la reinterpretación del significado del cuadro de Genovés demuestra cuantas montañas de mentiras se han acumulado en España hasta llegar a esta obscena, zafia y brutal imposición permanente de la narrativa mentirosa de la izquierda española, que vuelve a ser la más totalitaria de Europa. La más intolerante y agresiva hacia toda discrepancia de sus tesis. Y la que más abiertamente acepta la violencia para el logro de sus objetivos, como se ha visto en su palmaria complicidad con el terrorismo y su épica guerracivilista. VOX es el partido que desde un principio, por boca de Santiago Abascal, dijo que todos los españoles debían ver y juzgar el pasado como cada uno de ellos quisiera. Que los españoles de ahora tienen la oportunidad de dar la guerra realmente por terminada y reabrir el capítulo de la reconciliación que cerró vilmente Zapatero y después Sánchez para reabrir los odios fratricidas con fines electorales, revanchistas y de poder. 

Si a Adam Michnik le interesa realmente la verdad y tiene la lucidez de antaño, verá sin duda que le están engañando

Todo esto lo habría podido saber Adam Michnik. Porque es fácil entenderlo si uno se asoma a la realidad española con ganas de saber la verdad y no de servir a la retórica izquierdista de ese llamado “antifascismo» que no es sino el intento de exclusión y criminalización de toda política conservadora en el escenario europeo. Yo estoy muy orgulloso de la colosal labor que está haciendo VOX en defensa de la legalidad y la libertad frente a este Gobierno felón de Sánchez y lo peor, ETA incluida. Y en defensa de la verdad frente a ese océano de mentiras con el que quieren ahogar a los españoles y a los europeos para robarnos identidad, libertad y valores. Si a Adam Michnik le interesa realmente la verdad y tiene la lucidez de antaño, verá sin duda que le están engañando. Si defiende como un loro las mismas falsedades de sus amigos de PRISA, los entregados sirvientes del mayor mentiroso sin escrúpulos que ha gobernado jamás España, es que han elegido bien a quién y cuándo dar el Premio que recibirá. Entonces es que definitivamente nuestra amistad es imposible. 

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