La capital del Reino Unido, Londres, dará próximamente un paso más hacia el modelo de control social con la instalación de cámaras de reconocimiento facial en el sur de la ciudad. En concreto, el distrito de Croydon será el escenario de un proyecto piloto impulsado por la Policía Metropolitana, que pretende fijar de forma permanente dispositivos de identificación facial en dos calles del centro.
Estas cámaras, que estarán colocadas sobre farolas o integradas en edificios, escanearán los rostros de los transeúntes en tiempo real y los cotejarán con una base de datos de personas buscadas por la justicia. Si se detecta alguna coincidencia, el sistema enviará una alerta inmediata a los agentes desplegados en la zona para que puedan intervenir. El despliegue sólo se activará cuando haya efectivos disponibles para actuar sobre el terreno, según han confirmado fuentes policiales.
El objetivo de este sistema, denominado Live Facial Recognition (LFR), es incrementar la eficacia policial en la identificación de sospechosos y prevenir delitos graves. De hecho, la Policía Metropolitana asegura que, gracias al uso de esta tecnología, en el último año se lograron más de 500 detenciones, muchas de ellas relacionadas con crímenes como el acoso, la violencia doméstica y las agresiones sexuales. El dispositivo también ha sido empleado en eventos de gran envergadura, como la coronación del rey Carlos III, para supervisar multitudes en puntos clave como el Palacio de Buckingham o la Abadía de Westminster.
Sin embargo, el uso extendido de esta tecnología ha provocado una fuerte reacción por parte de organizaciones que defienden los derechos civiles. La asociación Big Brother Watch ha criticado con dureza el plan, alertando de que representa una «escalada preocupante» en el uso de herramientas de vigilancia sin el respaldo adecuado de una legislación clara. Rebecca Vincent, portavoz de la organización, ha advertido de que el Reino Unido se está deslizando hacia un escenario propio de una «pesadilla distópica», y ha exigido una moratoria inmediata sobre el uso del reconocimiento facial en todo el país.
Pese a las numerosas voces críticas, desde el Gobierno y la oposición conservadora se ha respaldado la medida. El diputado tory por Croydon South, Chris Philp, que además ejerce como ministro del Interior en la sombra, ha celebrado la iniciativa y ha afirmado que este tipo de herramientas «impiden que delincuentes buscados paseen impunemente por las zonas comerciales o residenciales de las ciudades».