Cerca de 5.000 agricultores han salido a las calles de Londres a manifestarse contra las controvertidas reformas del impuesto a las sucesiones del gobierno laborista, que impondrán un gravamen del 20% a las explotaciones agrícolas con un valor superior al millón de libras a partir de abril de 2026.
Las protestas, organizadas por el grupo Save British Farming, bloquearon la calle Whitehall mientras los manifestantes hacían sonar sus bocinas y portaban pancartas con lemas como «Sin granjas, sin alimentos, sin futuro» y «Los laboristas son mentirosos», reflejando la creciente indignación del sector agrícola.
Jeff Gibson, representante de Kent Fairness for Farmers, resumió la preocupación del gremio: «La seguridad alimentaria es seguridad nacional. El gobierno debe escucharnos antes de que sea demasiado tarde».
Michael, un criador de ovejas de tercera generación en el condado de Cumbria, calificó las nuevas normativas como una «sentencia de muerte» para las granjas familiares. «Mi familia construyó esta granja con esfuerzo durante décadas, y ahora el gobierno espera que la vendamos sólo para cubrir impuestos. Somos ricos en activos, pero pobres en efectivo», lamentó.
Sophie, una joven lechera de Gloucestershire, expresó su desilusión al ver peligrar su sueño de continuar con la explotación familiar. «No somos terratenientes adinerados, somos trabajadores que nos levantamos antes del amanecer y trabajamos hasta después del anochecer para alimentar a Gran Bretaña. Si este impuesto sigue adelante, muchos jóvenes agricultores como yo no tendrán futuro en el campo», declaró.
El mismo día, Nigel Farage, líder de Reform UK, realizó un discurso en Belmont Farm, al norte de Londres, exigiendo la eliminación total del «impuesto a las herencias». Durante el evento Farmers To Action, Farage argumentó que estos impuestos son «inmorales» y penalizan injustamente a familias que ya han pagado tributos durante toda su vida.
Esta manifestación en Londres forma parte de una serie de protestas del sector primario que se están extendiendo por toda Europa. Desde Francia hasta Alemania, los agricultores han bloqueado carreteras y organizado movilizaciones masivas contra las políticas impulsadas por Bruselas que consideran una amenaza para su sustento. Mientras que en el continente las quejas se centran en las regulaciones ambientales, los impuestos a los combustibles y los acuerdos de libre comercio, los agricultores británicos están enfocados en las repercusiones económicas de la reforma del impuesto a las sucesiones.
