Austria es uno de los países que ha decidido poner freno a la inmigración descontrolada. No obstante, ciudades como Graz sufren ya los efectos.
Una encuesta realizada entre los teóricos solicitantes de asilo llegados a Graz, en Austria, ha encontrado actitudes profundamente preocupantes hacia «los judíos, los homosexuales, las mujeres y los infieles». El estudio, realizado por Ednan Aslam, fue encargado por las autoridades locales responsables de la integración de los recién llegados.
«Queríamos saber quién vive con nosotros», explicó Kurt Hohensinner, concejal del Partido Popular de Austria (ÖVP), que actualmente gobierna junto con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ).
El profesor Aslan entrevistó a 288 de los aproximadamente 4.000 solicitantes de asilo que actualmente se encuentran en Graz y descubrió que el 44,2% se muestra partidario de luchar contra los judíos por ser «dañinos contra el mundo».
«Para ciertos refugiados, el antisemitismo es una cuestión de rutina, lo que ha dado al movimiento de refugiados una nueva dimensión», señaló Aslan, que recordó que más de la mitad de los entrevistados considera la homosexualidad inmoral y se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un porcentaje importante de los entrevistados fueron varones menores de 30 años, entre los que Aslan encontró una actitud enfrentada a las tradiciones occidentales: el 42% aseguró que utilizaría la violencia contra una mujer en caso de infidelidad.
«Las mezquitas y el islam tienen una influencia muy importante para estas fronteras», subrayó Aslan, que mantiene que la mitad de los encuestados cree que es más importante seguir su religión fuera de su país que dentro de él.
Actualmente, las mezquitas en Austria están bajo la vigilancia de las autoridades. Los agentes encontraron signos de radicalización en once de los veinte centros de rezo ilegales que se encuentran abiertos al público en Graz.
Sanciones contra la falta de integración
Austria ha sido uno de los países más damnificados por la crisis migratoria del 2015 y, desde entonces, ha intentado poner coto a la llegada masiva de extranjeros. La nueva coalición conservadora que gobierna quiere acabar también con la falta de integración de los inmigrantes y por ello prepara un paquete de medidas para sancionarlos. El canciller Sebastian Kurz (OVP), ganador de los comicios y de corte reformista, fue aupado al poder gracias a un acuerdo con los identitarios del FPÖ.
Una de ellas es la de «sancionar» a los inmigrantes que «rechacen integrarse», recoge Breitbart. Entre las medidas para implementar su política migratoria también está la de recortar las ayudas sociales a quienes no se esfuercen en integrarse. Por el contrario, aquellos que se adapten a la cultura austríaca podrían recibir un «bonus».
La ciudadanía, en contra
La oposición de los ciudadanos del Este a las políticas migratorias impuestas por Merkel en toda Europa es sintomática. En Hungría, nueve de cada 10 ciudadanos se posicionan en contra. La encuesta fue realizada por el Instituto Nézőpont en Austria, Bulgaria, Croacia, República Checa, Alemania, Hungría, Polonia, Rumanía, Serbia, Eslovaquia y Eslovenia.
El 74% de los encuestados cree que las medidas tomadas por los dirigentes europeos “eran negativas” para el futuro del continente. Eslovacos y húngaros tienen la visión más negativa, seguidos muy de cerca por checos y austriacos.
El discurso de Zeman
Milos Zeman se ha convertido en uno de los personajes más polémicos de la Unión Europea. El presidente checo, que ha vencido en la primera vuelta de los comicios, pidió a los países más fuertes que reaccionen ante la oleada migratoria y tengan en cuenta las consecuencias de sus políticas para las nuevas generaciones.
“Si la Unión Europea no cuenta con el coraje suficiente para fortalecer sus fronteras externas tendremos más de 10 millones de refugiados en nuestras ciudades en los próximos años”, ha asegurado Zeman. La República Checa se ha unido a los países de Visegrado (Hungría, Polonia y Eslovaquia) y han logrado cortar las intenciones de la canciller alemana, Angela Merkel, en materia migratoria.
Merkel decretó el ‘Welcome Refugees’ y proclamó la apertura de fronteras en todo el espacio comunitario. Políticos como Viktor Orbán le advirtieron de lo arriesgado de sus intenciones, pero la líder alemana no dio marcha atrás y centenares de terroristas y migrantes económicos se aprovecharon de las debilidades del espacio Schengen para alcanzar Europa.
La última Cumbre europea del año sirvió para que Bruselas escenificara el funeral del sistema de cuotas y la apertura de una nueva era, donde países como la República Checa se han destacado como naciones a tener muy en cuenta. En muy pocas ocasiones Alemania ha perdido un enfrentamiento público en el tablero de Bruselas, pero las políticas de Merkel han resultado un completo fracaso desde su imposición en septiembre de 2015.
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