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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

May se aferra al cargo y al acuerdo con la UE en pleno tsunami político

La primera ministra británica, Theresa May, se dispone a seguir defendiendo su plan de «brexit» con un Gobierno mermado tras la dimisión de dos ministros y gran oposición dentro y fuera de su partido.

Se espera que la líder conservadora responda a preguntas de los oyentes este viernes en un programa de la emisora LBC, después de que el jueves dijera en una rueda de prensa que no piensa cambiar el rumbo de las negociaciones con Bruselas ni dimitir de su cargo.

El miércoles, al final de una larga jornada en la que varios conservadores tramaron para echarla del liderazgo, insistió en que seguirá «trabajando» para imponer el acuerdo preliminar de «brexit» consensuado con la Unión Europea (UE) y alertó de que no apoyarlo plantea «consecuencias» desconocidas.

May debe en las próximas horas designar nuevos ministros para las carteras de Trabajo, que dejó Esther McVey, y salida de la UE, de la que dimitió Dominic Raab, ambos por desacuerdos con el borrador, en especial las provisiones especiales para Irlanda del Norte.

Brexit: un acuerdo y una dimisión

Además de los ministros, dimitieron los secretarios de Estado de Irlanda del Norte, Shailesh Vara, y del «brexit», Suella Braverman; la secretaria parlamentaria de Educación Anne-Marie Trevelyan; de Justicia, Ranil Jayawardena, y un vicepresidente del Partido Conservador, Rehman Chishti.

No se descarta que haya más dimisiones y la prensa baraja el nombre del ministro de Medioambiente, Michael Gove, abanderado del «brexit» en el referéndum de 2016, quien supuestamente ha rechazado la oferta de sustituir a Raab al no permitirle May renegociar el acuerdo.

Posible cuestión de confianza

La primera ministra afronta también un posible golpe interno para echarla del liderazgo, que se produciría si un 15 % de los diputados conservadores -48 en el Parlamento actual- solicita una cuestión de confianza.

El cabecilla de los disidentes, Jacob Rees-Mogg, anunció este jueves con gran pompa que había enviado ya su petición al presidente del grupo parlamentario, Graham Brady, lo que puede animar a otros colegas a hacer lo mismo.

Mientras, la oposición política, encabezada por los laboristas, mantiene su ofensiva contra el plan de May y advierte de que lo rechazará en una eventual votación parlamentaria en diciembre.

Las claves del acuerdo

Estos son los principales puntos del texto acordado entre Londres y Bruselas:

.- Derechos de los ciudadanos.

Los derechos de los más de tres millones de ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido y de más de un millón de británicos que residen en países de la Unión Europea verán sus derechos salvaguardados, según se desprende del acuerdo provisional para el «brexit».

El acuerdo cubre a los ciudadanos que residan en el Reino Unido y en la UE al término del periodo de transición pactado, que concluye el 31 de diciembre de 2020, así como a los familiares que tengan derechos bajo la ley de la UE y que aún no vivan en el mismo país, con vistas a que puedan reunirse en el futuro.

.- Frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

En el plan de contingencia que se aplicaría en caso de que el periodo de transición concluya sin un acuerdo sobre la relación entre ambas partes, todo el Reino Unido permanecerá en la unión aduanera de la UE, de forma que Irlanda del Norte quedaría en el mismo territorio aduanero que el resto del Reino Unido.

Además, Irlanda del Norte permanecerá «alineada» con aquellas normas del mercado único que son «esenciales» para evitar una frontera física. Si no se ha cerrado ese pacto futuro para julio de 2020, Londres y Bruselas podrían considerar de forma conjunta tener más tiempo extender el periodo de transición.

.- Gibraltar.

El acuerdo incluye un protocolo específico para Gibraltar, que sienta las bases de la cooperación administrativa entre España y Londres en áreas como la fiscalidad, el tabaco o la pesca, claves en la relación entre ambos; pero también en la cooperación policial y aduanera.

Ese protocolo forma parte de un paquete «más grande de acuerdos bilaterales entre España y el Reino Unido en relación con Gibraltar.

.- Obligaciones financieras.

Tal y como estaba previsto en el acuerdo sobre la primera fase de las negociaciones, el Reino Unido honrará todos los compromisos financieros a los que llegó siendo Estado miembro de la Unión Europea.

.- Gobernanza del acuerdo.

El proyecto de acuerdo crea un marco con una primera etapa de resolución política de las diferencias entre el Reino Unido y la UE.

En caso de que el desacuerdo persista, un panel de arbitraje se encargará de la resolución de conflictos. En el caso de que el desacuerdo tenga que ver con una cuestión de interpretación de la legislación europea, corresponderá al Tribunal de Justicia de la Unión Europea pronunciarse al respecto.

.- Periodo de transición.

El periodo de transición se mantiene como ya se acordó previamente y entrará en vigor el día después de la salida británica de la Unión, esto es, el 30 de marzo de 2019.

Estará en funcionamiento hasta el 31 de diciembre de 2020, por un periodo de 21 meses, y durante este tiempo el Reino Unido quedará sujeto a las leyes comunitarias y las obligaciones que estas conllevan.

Este periodo se podrá extender una única vez, por un tiempo limitado, algo que debe consensuarse de forma conjunta.

.- Acuerdo comercial.

El Reino Unido y la UE negociarán su futura relación, incluyendo un acuerdo para regular sus relaciones comerciales, a partir del consenso de todas las partes sobre el acuerdo de retirada.

Ambas partes esperan que este acuerdo comercial entre en vigor antes del final del periodo de transición, de forma que los acuerdos de contingencia para evitar una frontera física en Irlanda nunca llegaran a ser utilizados.

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