El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de VOX, presentó el pasado lunes un plan de 37 millones de euros impulsado por el Gobierno autonómico para el periodo 2024-2027 con el que su Gobierno pretende dinamizar el comercio minorista y rural en la comunidad autónoma.
Gallardo explicaba que el sector tiene una importancia fundamental para «tejer la vida comunitaria de las ciudades y pueblos», y lo hacía precisamente, antes de su participación en la gala de los Premios de Comercio de Castilla y León, que fueron entregados en el Parador de Benavente, en la provincia de Zamora.
Las previsiones iniciales contemplan una partida de 24 millones de euros para una de las líneas de actuación principales: el fomento de la demanda en el comercio de proximidad. Esto implica el desarrollo de medidas para la reactivación de la demanda comercial rural y urbana con el fin de favorecer el consumo en este tipo de empresas, perjudicadas en los últimos tiempos, por ejemplo, por otras como las plataformas online que se encuentran con menos trabas para prestar sus servicios.
Las prioridades del líder de VOX en Castilla y León, coinciden en tiempo con las de la Primer Ministro italiana, Giorgia Meloni, quien también esta misma semana ha presentado medidas para favorecer al pequeño comercio. Meloni intervino por videoconferencia en una Asamblea de comerciantes realizada en Venecia esta semana en la que quiso lanzarles un mensaje claro: «Ningún gigante del comercio electrónico o de la web podrá reemplazar jamás la función cultural y social que desempeñan los comerciantes, los artesanos, los negocios de barrio: ustedes son dispositivos de seguridad y sociabilidad».
Meloni también se refirió ante los pequeños empresarios a que la venta por Internet ha supuesto un cambio «aún en marcha sobre el que es necesario encontrar el equilibrio adecuado para garantizar que su impacto en nuestro sistema económico y productivo sea sostenible», y a la importancia que tiene el comercio tradicional para el Eje<z
Además, la Primer Ministro quiso alabar la capacidad de los comerciantes y artesanos italianos para establecer contactos, e insistió en la importancia de preservar «el extraordinario poder» del Made in Italy, una marca global que para la líder italiana es imprescindible para los gigantes del comercio, de la que afirma que no se puede prescindir ni se puede igualar.