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A PARTIR DEL 9 DE JUNIO

Orbán reitera en la conferencia conservadora NatCon que la UE necesita un cambio: «Es hora de deshacerse de los burócratas»

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Red social X

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, participo este miércoles en la gran conferencia conservadora NatCon celebrada en Bruselas, y que sufrió intentos de boicot y censura por parte de las autoridades locales. «Los comunistas no pudieron prohibirnos… y tampoco lo harán los burócratas de Bruselas», afirmó a su llegada al evento, donde bromeó ante la Policía levantando las manos y diciendo «no disparen», y señaló que «es hora de deshacerse de los burócratas fallidos» de Bruselas.

«La libertad en Europa está en grave peligro. Si alguien lo dudaba antes de ayer, seguro que no puede dudarlo ahora», subrayó el líder de Fidesz, que reivindicó que se necesita un cambio: «Ellos prometieron una mejor agricultura y los agricultores están sufriendo en toda Europa. Dijeron hay que detener y gestionar la crisis migratoria y tenemos una gran crisis migratoria. Las sanciones detendrían la guerra; la guerra hoy continúa. Si los líderes prometen algo y no lo cumplen, tienen que irse. Necesitamos un nuevo liderazgo».

Orbán reivindicó la importancia de vivir en una sociedad cristiana. «¿Por qué Europa debería renunciar a ello?», se preguntó. Criticó la deriva de la UE en materia migratoria y reiteró que mientras no se sepa dónde permanecerán los solicitantes de asilo mientras se evalúa su solicitud «ninguna medida relacionada funcionará». «Esta es una línea roja. Si no somos lo suficientemente valientes para decir que todos deben permanecer fuera de las fronteras mientras se toma una decisión, no importa qué otra decisión se tome porque no funcionará».

Para finalizar, Orbán quiso dar las gracias a todo el equipo de Fidesz, que en sus inicios también sufrió la censura: «Fundamos Fidesz en 1988 como una organización política joven. Empezamos a organizar reuniones. No fue una dictadura tan dura como antes, pero hicieron todo lo posible para impedir la libre expresión de nuestra opinión. Alquilamos un lugar en Budapest y varias horas antes de la reunión dijeron que no estaba disponible (…). Este tipo de presión fue muy común en la segunda mitad de los años 80. Pero finalmente ganamos».

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