El grupo Patriotas por Europa ha denunciado el «daño irreparable» que el escándalo del excomisario europeo de Justicia, Didier Reynders, ha causado a la credibilidad de las instituciones comunitarias.
«Es intolerable que quien debía velar por la transparencia y la justicia desde una de las carteras más sensibles del Ejecutivo comunitario esté acusado de prácticas tan reprobables», ha declarado en un comunicado el grupo conformado por VOX, Fidesz, Agrupación Nacional, etc, antes de manifestar que la investigación por blanqueo de capitales al exdirigente globalista «refleja un fallo estructural alarmante en la gobernanza de Bruselas».
El grupo ha destacado que Reynders en su papel como comisario utilizó su posición para atacar a los gobiernos que se oponían a las imposiciones ideológicas de Bruselas, como el de Viktor Orbán: «El hecho de que ahora enfrente estas graves acusaciones pone en evidencia una hipocresía que los europeos no deben pasar por alto».
El texto recuerda los controvertidos antecedentes de Reynders como ministro belga, un periodo marcado por la gestión opaca de fondos públicos, e insiste en que su designación como comisario de Justicia en 2019 pone en cuestión los sistemas de control interno de la Unión Europea.
Los eurodiputados han exigido explicaciones a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ante la posibilidad de que estuviera al tanto de las sospechas sobre Reynders: «El silencio de Von der Leyen no sólo resulta escandaloso, sino que confirma el desprecio de Bruselas hacia la transparencia y la rendición de cuentas».
Señala también que la falta de acción ante este escándalo profundizará aún más la desconfianza de los europeos en sus instituciones. «Es imperativo que la Comisión Europea dé la cara y demuestre que nadie por elevado que sea su cargo está por encima de la ley», ha subrayado.
«Europa merece líderes íntegros que representen los valores que proclaman defender. Este escándalo no sólo ha hundido la reputación de Didier Reynders, sino que ha manchado la imagen de toda la Unión Europea. Si el proyecto europeo quiere sobrevivir como garante de los principios democráticos se debe actuar con firmeza y demostrar que la justicia prevalece sin excepciones», ha concluido.