El Festival de Aviñón ha sido testigo de un espectáculo que ha causado conmoción y un intenso debate en Francia. Se trata de «Carte noire nommée désir, creada por la autora y directora Rébecca Chaillon. Su contenido ha provocado distintas denuncias por racismo antiblanco. «Revela todo de la ideología ‘woke’ y de la complacencia de la que disfruta», ha señalado el excandidato presidencial Eric Zemmour.
La obra se presenta como «afrofeminista» y como «gran ritual híbrido» que busca «deconstruir las miradas blancas sobre los cuerpos negros y abordar temas de pensamiento decolonial». Sin embargo, la ejecución de ciertas escenas ha despertado una gran polémica.
En una escena especialmente perturbadora una mujer negra simula dar a luz mientras otra mujer, también negra, ensarta a bebés blancos en una estructura punzante. Los asistentes, indignados, han compartido su horror en redes sociales, cuestionando la ética de la representación.
El racismo antiblanco ha llevado a algunos a cuestionar la legitimidad y el propósito de la obra. La erotización grotesca de los cuerpos de las actrices negras y la representación de mujeres negras han sido duramente criticadas por «fomentar la hipersexualización».
Damien Rieu, miembro del partido Reconquista, ha denunciado públicamente a Xavier Bertrand, presidente del consejo regional de Alta Francia, por financiar el espectáculo y permitir la discriminación a los espectadores blancos —ante la separación de las mujeres negras en el público— y la representación de escenas que promueven el «apartheid», lo que ha generado un intenso debate sobre la responsabilidad de la financiación pública para este tipo de obras.
La directora de la obra, Rébecca Chaillon, ha señalado que su objetivo era mostrar «la figura de la mujer negra como objeto de fantasías».