«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LO DESCRIBEN COMO UNA SITUACIÓN INSOSTENIBLE

Profesores alemanes denuncian acoso escolar por parte de musulmanes en las escuelas públicas

Policía frente a un colegio en Alemania.

Lo que está ocurriendo en una escuela primaria de Berlín no es un caso aislado ni nuevo. La Escuela Primaria Carl Bolle, situada en el distrito de Moabit —en pleno corazón de la capital alemana—, se ha convertido en el símbolo de un problema creciente en Alemania: el acoso escolar con motivación religiosa protagonizado por alumnos, en su mayoría de origen musulmán, contra compañeros, profesoras y personal docente.

Varios profesores y representantes de padres han dado un paso al frente para denunciar lo que describen como una situación insostenible: agresiones, insultos, comentarios antisemitas, amenazas, presencia de armas blancas, y una actitud de absoluto desprecio hacia las tradiciones cristianas y europeas. Las niñas son llamadas «prostitutas» y los alumnos llegan a rechazar hasta pintar huevos de Pascua, que consideran «haram» (prohibido según el islam).

El problema viene de lejos. Ya en 2018 el claustro envió una carta abierta a las autoridades escolares alertando del acoso y la radicalización religiosa en las aulas. Nadie actuó. Hoy, siete años después, el profesorado vuelve a denunciar una situación aún más degradada. Una profesora ha asegurado al diario Süddeutsche Zeitung que está expuesta constantemente a algún tipo de violencia.

Uno de los casos más graves fue el de un profesor homosexual que declaró haber sido insultado y amenazado por estudiantes. Lejos de respaldarlo, la dirección del centro habría llegado a acusarlo de «comportamiento inapropiado» por mostrar un vídeo educativo mientras se sentaba cerca de los alumnos.

El diario Junge Freiheit recoge más testimonios que apuntan a una pérdida total del control institucional. Un profesor habla de «fracaso sistémico total» y lamenta que, a pesar de las reiteradas denuncias, la administración y la dirección escolar nunca actuaron.

Desde el SPD, el portavoz de política educativa en la Cámara de Representantes de Berlín, Marcel Hopp, ha exigido ahora una investigación exhaustiva. Admite que no se puede tolerar que las denuncias de acoso y violencia hayan sido ignoradas durante años.

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