«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
REPRESENTA LA consolidación de un modelo político que ha fracturado EL PAÍS

¿Qué defiende Nicusor Dan, el candidato que apoya Feijoo para la presidencia de Rumania?

Nicusor Dan.

La figura de Nicușor Dan, actual alcalde de Bucarest y candidato a la presidencia de Rumanía, ha pasado de ser un perfil menor tecnocrático a convertirse en el nuevo estandarte del eje pro-Bruselas. Sin embargo, más allá de su imagen de «independiente moderado», su candidatura se ha consolidado gracias al apoyo de los partidos tradicionales –PNL, PSD y USR–, antiguos adversarios suyos que ahora lo presentan como la única alternativa «seria» frente al soberanismo de George Simion.

Dan representa la continuidad del modelo político impuesto por Bruselas, con una agenda marcada por el aumento del gasto militar, la obediencia ideológica a la Comisión Europea y la integración en todas las líneas estratégicas dictadas desde fuera. Entre sus propuestas figura el incremento del gasto en Defensa para alinearse con las exigencias de la UE, así como el mantenimiento del apoyo logístico y político a la guerra en Ucrania. Un posicionamiento que ha generado inquietud en amplios sectores sociales que temen una implicación directa de Rumanía en un conflicto ajeno. Sobre quiénes asumirán ese coste humano, Dan guarda silencio.

En su entorno político se encuentran nombres conocidos del progresismo internacionalista, como Dacian Cioloș y Nicolae Ștefănuță, eurodiputados que han votado a favor de sancionar a Rumanía por no adherirse a los dictados ideológicos LGBT. Ștefănuță, en particular, es uno de los promotores de la inclusión de contenidos LGTB en la educación pública.

Tampoco ha pronunciado palabra sobre los casos de censura a periodistas rumanos que no siguen la línea oficialista. Profesionales como Ion Cristoiu o Marius Tucă han sido desplazados o silenciados por cuestionar el discurso dominante, mientras Dan ha evitado cualquier gesto de respaldo a la libertad de expresión, a pesar de presumir de su defensa de los valores democráticos.

A todo ello se suma el silencio del candidato ante los ataques verbales sistemáticos contra votantes del partido AUR y simpatizantes de Simion. Lejos de llamar al respeto o al equilibrio, Dan ha tolerado que desde el espacio mediático e institucional se insulte y caricaturice a quienes no comparten su modelo de país, en una estrategia de desprestigio social de los sectores patriotas.

Desde el punto de vista institucional, la ruptura de compromisos es otro rasgo visible en su trayectoria reciente. En 2024, tras ganar las elecciones municipales en Bucarest, prometió públicamente que no se presentaría a la presidencia, ya que su «contrato con los ciudadanos» era completar el mandato como alcalde. Tres meses después, cambió de posición y anunció su candidatura a presidente.

Por último, mientras Estados Unidos refuerza su papel en la región tras el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, Nicușor Dan guarda silencio ante el socio estratégico natural de Rumanía y enfoca toda su política exterior hacia Bruselas. No menciona a Washington ni en entrevistas, ni en debates, ni en sus propuestas. Su discurso orbita exclusivamente en torno a la UE y a las agendas impuestas desde el corazón de la burocracia europea.

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