El líder del partido Lega y actual ministro de Transporte en el Gobierno italiano, Matteo Salvini, ha declarado su intención de emprender acciones legales contra la ONG dedicada al tráfico de inmigrantes ilegales Open Arms y otras organizaciones dedicadas a lo mismo.
Estas declaraciones llegan en un momento crítico para el político conservador, quien se enfrenta a una petición de seis años de prisión por su actuación en 2019, cuando, siendo ministro del Interior, bloqueó el desembarco de 147 migrantes que viajaban a bordo de un barco de Open Arms.
«Estoy preparado para denunciar a Open Arms y a otras ONG por sus declaraciones, por lo que han hecho y lo que siguen haciendo», afirmó Salvini, quien también ocupa el cargo de vicepresidente en el gobierno liderado por Giorgia Meloni. Su postura dura contra la migración sigue siendo una pieza central de su política, una línea que también ha marcado el actual Ejecutivo, que prioriza la lucha contra la migración ilegal y ha convertido a Italia en una de las pocas naciones europeas que ha puesto fin a este problema.
El pasado sábado, la Fiscalía de Palermo solicitó seis años de cárcel para Salvini por el caso relacionado con el bloqueo del barco de Open Arms en agosto de 2019. La embarcación, que había rescatado a los migrantes en el Mediterráneo central, fue retenida por el entonces ministro del Interior, una medida que formaba parte de su estrategia de mano dura contra las operaciones de rescate en la región. El veredicto del juicio se espera para octubre.
En este marco, las ONG que operan en el Mediterráneo haciendo negocio de este problema humanitario han criticado duramente al Gobierno italiano por dificultar sus labores de rescate. Las organizaciones han denunciado que las autoridades italianas han implementado una serie de trabas para impedir que los barcos operen con normalidad, por la que muchos intentan llegar a Europa desde las costas del norte de África.
Uno de los casos más recientes ha sido el bloqueo del barco de rescate de Médicos Sin Fronteras, que fue detenido por las autoridades italianas bajo el argumento de que no había cumplido con las normativas vigentes durante una de sus operaciones de salvamento. Este incidente se suma a las crecientes tensiones entre las ONG y el gobierno de Meloni.
Además, este martes, la Guardia Costera italiana llevó a cabo una rigurosa inspección del buque Mare Jonio de la ONG Mediterranea Saving Humans, que estaba atracado en el puerto de Trapani, Sicilia. Según el comunicado emitido por la Guardia Costera, el barco no está autorizado para realizar tareas de rescate, y la inspección tenía como objetivo garantizar que cumplía con las normas de seguridad.
Mediterranea Saving Humans, sin embargo, ha denunciado que estas acciones son parte de «una represalia vinculada al juicio contra Salvini». Según la ONG, «no es casualidad» que estas inspecciones se lleven a cabo, ya que afirman que algunos sectores de la Guardia Costera están actuando bajo órdenes directas del ministro Salvini, intentando obstaculizar las operaciones de rescate civil para aliviar la presión legal que enfrenta el político ultraderechista.