«Para Italia la paz y la tranquilidad valen más que cualquier pozo de petróleo y que cualquier interés económico», señala Salvini.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha descartado este martes una posible intervención militar de su país para acabar con los combates entre milicias que han resurgido en Libia y acusó a Francia de estar detrás del caos: «Excluyo una intervención militar porque no resuelve nada, y esto deben entenderlo también otros», señaló Salvini al abandonar el Palacio Chigi tras la reunión del consejo de ministros.
«Italia debe ser la protagonista de la pacificación en el Mediterráneo. Las incursiones de otros, que tienen otros intereses económicos, no deben prevalecer sobre el bien común, que es la paz», agregó. Y al ser preguntado por un periodista sobre los combates que libran distintas milicias en Trípoli respondió: «Pregunten a París». «Estoy preocupado. Mi temor es que alguien por motivos económicos nacionales ponga en riesgo la estabilidad del norte de África, y consecuentemente de Europa», añadió.
Más tarde, en la localidad de Viterbo, el ministro y líder de Liga aseguró: «Para Italia la paz y la tranquilidad valen más que cualquier pozo de petróleo y que cualquier interés económico. Estamos trabajando con muchos países para traer la calma a Libia y por el bien de aquella gente y en interés de Italia y de Europa».
«Espero que no haya otros que estén especulando con la guerra como ya hicieron en el pasado en Libia», añadió Salvini.
Hoy mismo, el Gobierno italiano desmintió en un comunicado que prepare una intervención militar de las fuerzas especiales en el país magrebí.
«Italia sigue con atención la evolución de la situación sobre el terreno y ha expresado públicamente su preocupación e invitado a cesar inmediatamente las hostilidades, junto con Estados Unidos, Francia y el Reino Unido», añadió en la nota.
Al menos 50 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas, la mayor parte civiles, en los combates que desde hace una semana libran las distintas milicias en Trípoli, los peores desde el inicio de la guerra civil en 2014.
Los combates se han extendido a toda la capital y han obligado a miles de personas a huir de sus casas y buscar refugio en escuelas y hospitales.