«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Srebrenica y Mladic, 22 años después

«Buscando eliminar a una parte de la población bosnia musulmana, las fuerzas serbo-bosnias cometieron genocidio. Seleccionaron para su extinción a cuarenta mil bosnios musulmanes que vivían en Srebrenica, un grupo particularmente emblemático entre los bosnios musulmanes en general. Despojaron a todos los varones prisioneros, tanto militares como civiles, jóvenes como mayores, de sus pertenencias e identificaciones; y deliberada y metódicamente los eliminaron, únicamente en razón de su identidad».

Así describía lo ocurrido en Srebrenica hace ya 22 años el juez Theodor Meron, presidente de la Cámara del Tribunal Penal Internacional para la exYugoslavia que condenó a Radislav Krstić.
Esta semana, el mayor asesinato masivo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial vuelve a ocupar portadas de prensa por la condena a cadena perpetua para el general Rato Mladic, el carnicero de Bosnia, bajo cuyas órdenes actuaron, aquel mes de julio, el Ejército de la República Sprska y el grupo criminal paramilitar Los Escorpiones. Un genocidio que se produjo, además, en una zona declarada por la ONU Zona Segura bajo la vigilancia de los cascos azules holandeses.
«Regalemos la Srebrenica serbia al pueblo serbio. Ha llegado el momento de vengarnos de los ‘turcos’ (nombre despectivo para los musulmanes bosnios)», dijo Mladic en Srebrenica, en unas palabras grabadas en aquel 1995 por los reporteros de radio y televisión.

El 11 de julio, con Srebrenica prácticamente abandonada a su suerte, aislada y sin alimentos, la ciudad cayó en manos serbobosnias. Hasta 25.000 civiles corrieron a refugiarse a Potočari, cuartel general de los cascos azules, a cinco kilómetros de la ciudad. Mientras, otros trataban de escapar de los serbios a través de los bosques en dirección a Tuzla.
El 12 de julio el Consejo de Seguridad de la ONU aprueba una resolución de condena a la ofensiva serbobosnia contra Srebrenica, y exige el cese y la retirada inmediata de los rebeldes, así como la liberación incondicional del personal detenido de UNPROFOR. Tras una reunión, el día 21, de representantes de la OTAN, la ONU, la Unión Europea y el Grupo de Contacto (Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y Estados Unidos) en Londres, en agosto se lanzan ataques militares de castigo de la OTAN contra los serbobosnios, en una acción combinada de la aviación y de la artillería aliadas.
Para entonces, Mladic ya se había paseado por las calles de Srebrenica y anunciado su victoria ante las cámaras de televisión: «Aquí estamos, el 11 de julio de 1995, en la Srebrenica serbia, justo antes de un gran día para Serbia. Entregamos esta ciudad a la nación serbia, recordando el levantamiento contra los turcos. Ha llegado el momento de vengarse de los musulmanes».
Masacre de Srebrenica | EFE
También ante las cámaras se permitió repartir pan y caramelos a los bosnios -aterrorizados bosnios- más pequeños. «Hoy recibí a una delegación de la población [de Srebrenica] y me pidieron ayudar para abandonar el territorio. Querían salir y cruzar al territorio controlado por musulmanes y croatas. Nuestro ejército no quiere
actividades de combate contra civiles, o contra las fuerzas de la ONU. No tenemos nada en contra de la gente -dijo Mladic-. Hemos proporcionado transporte, comida, agua y medicinas para ellos. Durante el día vamos a evacuar mujeres y niños, personas mayores y todos los demás que estén dispuestos a abandonar la zona de combate».
Dos días después, el 13 de julio, no quedan varones bosníacos en la antigua «zona segura» de Srebrenica, según el relato que haría más tarde Naciones Unidas.
Los que no habían conseguido huir a través de los bosques habían sido asesinados o estaban en Bratunac, a la espera de su ejecución.

De comunista a ultranacionalista


Mladic, que tiene ahora 74 años, estuvo huido de la justicia durante 15 años, hasta que fue arrestado en 2011 en Lazarevo, un pueblo a unos 100 kilómetros al norte de Belgrado.
El TPIY lo acusaba de crímenes de guerra contra civiles en Sarajevo, cometidos durante el asedio entre 1992 y 1995, en el que murieron más de 10.000 personas, entre ellas unos 1.500 niños. También se del genocidio en Srebrenica…
 
Militar de carrera, Mladic nació el 12 de marzo de 1943 en la aldea de Bozinovici, en el sureste de Bosnia. Se crió sin su padre, un partisano que luchó con la guerrilla comunista del luego líder yugoslavo Josip Broz Tito, y que fue asesinado por los nacionalistas croatas aliados de los nazis en la II Guerra Mundial.
En 1965 se licenció en la Academia Militar de Zemun (cerca de Belgrado) como primero de su promoción y estuvo destinado, antes de la desintegración de la antigua federación yugoslava, en Macedonia, Kosovo y Croacia.
Los oficiales musulmanes y croatas que sirvieron en el Ejército yugoslavo con Mladic aseguraron que de ser un convencido comunista yugoslavo se transformó en un ultranacionalista serbio.
En 1991, cuando se desintegró Yugoslavia y comenzó la guerra de Eslovenia y luego en Croacia, el entonces coronel Mladic se convirtió en comandante del Cuerpo de Knin (Croacia).
Pero su verdadera carrera militar, que le colocó bajo los focos de la atención mundial, comenzó en mayo de 1992, cuando fue nombrado comandante del Ejército de la República Serbia de Bosnia, proclamada en enero de ese año.
En Sarajevo también se grabaron sus palabras, que sirvieron como prueba ante el TPIY, cuando ordenó a la artillería serbobosnia que rodeaba la capital: «Disparen a Velusice (suburbio sarajevita). Allí no hay muchos serbios».

Suicidio en la guerra

Cuando los representantes de Estados Unidos y la OTAN amenazaron en 1994 con bombardear las posiciones serbias, Mladic respondió: «¡Entonces yo bombardearé Londres!».
 
Muchos aseguran que mientras el exlíder serbio Slobodan Milosevic estuvo en el poder, hasta octubre del 2000, Mladic transitaba con normalidad por Serbia y fue visto en restaurantes e incluso en algunos partidos de fútbol y otros lugares públicos. A mediados de 2005 los servicios secretos militares serbios confirmaron que Mladic había vivido hasta 2002 en su casa de Belgrado y que a veces se alojaba en instalaciones militares. Las autoridades judiciales de Serbia iniciaron en 2006 un proceso judicial contra cinco civiles y cinco militares retirados acusados de haber ayudado a Mladic a esconderse.
Mladic está casado con Bosa y tiene un hijo, Darko, cuya vivienda en Belgrado fue registrada en varias ocasiones en busca de pistas que llevarían a su padre. Su hija, Ana, se suicidó durante la guerra civil bosnia.
Leer más…

Cadena perpetua para Mladic por genocidio y crímenes de guerra

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter