Uno pensaría que indignarse por que las autoridades conociesen y tolerasen la violación continuada de miles de menores durante una década por una banda de abusadores constituye una reacción natural, obligada, incluso. Se equivoca: es sólo un banderín de enganche de la ultraderecha. Al menos, eso se ha atrevido a decir el primer ministro laborista británico, Keir Starmer.
Tras conocerse que la ministra para la Violencia Doméstica, Jess Phillips, había bloqueado una investigación pública sobre la plaga de bandas de violadores, a Starmer no se le ocurrió otra cosa que presentarse como la verdadera víctima de todo este asunto y atribuir toda la indignación pública a una estrategia de la «extrema derecha», algo que ya hizo tras la masacre en Southport, donde un musulmán apuñaló a ocho niños y mató a tres de ellos.
El caso pone los pelos de punta. Lo más grave no es que a lo largo de los últimos treinta años bandas predominantemente paquistaníes hayan estado violando y torturando a niñas menores, sino que la Policía y las autoridades hayan encubierto estos espantosos crímenes, pese a tres informes distintos, publicados en 2013, 2014 y 2015.
El dueño de X, Elon Musk, al conocer los detalles del caso, lanzó un ataque contra Starmer, alegando que el primer ministro era «cómplice de la VIOLACIÓN DE GRAN BRETAÑA». Y Starmer, lejos de asumir un mínimo de responsabilidad, ha reaccionado como si lo verdaderamente grave fueran las «amenazas» de Musk.
Así, Starmer acaba de afirmar que quienes quieren una investigación exhaustiva sobre las bandas de violadores británicas «se suben al carro de la extrema derecha». Oponerse a que violen sistemáticamente a niñas inglesas es ya, oficialmente, fascismo. Al menos, si los abusadores proceden del Tercer Mundo y/o profesan la fe de Mahoma.
Para que el lector se haga una idea de las prioridades ideológicas de los medios británicos, entre 2011 y 2025, los periódicos británicos mencionaron el término «racismo/racista» 382.069 veces, mientras que «grooming gang» (banda de abusadores) apenas llegó a las 4.659 menciones. Es decir, 82 veces más.