«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Los acusados fueron absueltos y recibieron indemnizaciones de 250,000 libras cada uno

Una niña de 14 años fue violada, asesinada y servida como kebab en Reino Unido por una banda de musulmanes que jamás entraron en prisión

Charlene Downes, niña asesinada por musulmanes. Redes Sociales

La trágica desaparición de Charlene Downes, ocurrida en Blackpool, Lancashire, el 1 de noviembre de 2003, sigue siendo uno de los casos más oscuros y controvertidos en la historia reciente del Reino Unido. Charlene, quien habría cumplido 35 años en marzo de 2024, era una niña de apenas 14 años cuando fue vista por última vez, y desde entonces las circunstancias que rodean su desaparición y presunto asesinato han dejado una profunda herida en su familia y la comunidad.

El día de su desaparición, las cámaras de vigilancia captaron a Charlene en el centro de Blackpool alrededor de las 3.35 p. m. Más tarde, su madre la vio brevemente cerca de casa y Charlene mencionó que planeaba ir a la sala de juegos, asegurando que no tardaría en volver. Según testigos, estuvo acompañada de una amiga en el bar Carousel, ubicado en North Pier, antes de ser vista nuevamente en cámaras a las 9.03 p. m. fuera de un bar junto a una mujer con abrigo negro. Sin embargo, Charlene nunca regresó a casa, y su familia denunció su desaparición al día siguiente.

En un principio, la policía trató el caso como el de una adolescente que había huido, pero rápidamente emergieron indicios más inquietantes. Las autoridades determinaron que Charlene pudo haber sido una víctima de explotación sexual por parte de bandas locales. Una investigación más profunda reveló que al menos 60 niñas menores de edad habían sido abusadas en locales de comida rápida de la zona.

La policía de Lancashire fue objeto de duras críticas por su manejo inicial del caso. En 2006, tres años después de la desaparición, notificaron a la familia que Charlene había sido asesinada, transformando la búsqueda en una investigación criminal. Sin embargo, el juicio en 2007, que acusó a Ilyad Albattikh de asesinato y a Mohammed Reveshi de ocultar el cuerpo, fue declarado nulo debido a errores en la recopilación de pruebas.

Durante los procedimientos judiciales, surgió la aterradora afirmación de que el cuerpo de Charlene había sido desmembrado y servido como kebab en un restaurante local. Aunque los acusados fueron absueltos y recibieron indemnizaciones de 250,000 libras cada uno, la familia de Charlene quedó devastada. Este revés fue atribuido a la mala gestión del caso por parte de las autoridades, que también se enfrentaron a acusaciones de no actuar por miedo a posibles repercusiones por los antecedentes étnicos de los sospechosos.

En 2016, la policía reabrió el caso tras hallar imágenes inéditas de cámaras de seguridad que mostraban a Charlene caminando junto a su hermana Rebecca el día de su desaparición. La familia quedó consternada al descubrir que estas grabaciones habían estado archivadas durante más de una década sin ser utilizadas en los juicios previos.

La madre de Charlene, Karen, expresó su indignación: «Es inaceptable que hayan tenido estas imágenes durante años y nunca las hayan usado. Es una falta de respeto hacia la memoria de mi hija. Tal vez, con estas pruebas, podríamos haber obtenido justicia mucho antes». Tanto ella como su esposo prometieron demandar a la policía de Lancashire, acusándolos de mantenerlos deliberadamente en la oscuridad y obstaculizar su búsqueda de respuestas.

Un caso sin resolver

A pesar de los avances prometidos, el caso de Charlene Downes sigue sin resolverse, dejando a sus seres queridos con un dolor constante. Para la familia, la ausencia de justicia no solo es un insulto a la memoria de Charlene, sino un recordatorio de cómo el sistema falló en protegerla y buscar la verdad.

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