La madre del camionero asesinado por el demandante de asilo que atacó el mercado navideño de Berlín en 2016 ha culpado a Merkel de su muerte.
Lukasz Urban era el conductor polaco al que Anis Amri asesinó para robarle el camión. Una vez se hizo con el vehículo el yihadista cometió un atropello masivo en la capital germana que le costó la vida a 12 personas y dejó decenas de heridos.
Su progenitora ha cargado contra la canciller alemana y ha rechazado reunirse con ella con motivo del aniversario de la masacre. ‘’Me gustaría decirle a la señora Merkel que sus manos están manchadas con la sangre de mi hijo’’, ha indicado. Según recoge Breitbart, el padre de la víctima ha acusado al Ejecutivo alemán de ‘’irrespetuoso’’.
Encuentro con las familias
La canciller se reunió este lunes con los familiares de los asesinados y definió dicha cita como algo ‘’muy importante’’. ‘’Lo que está claro -y soy consciente de su sufrimiento- es que esto cambia completamente la vida de alguien. No es reversible y aún así mostramos simpatía y mejoramos cuando las cosas necesitan ser mejoradas’’, indicó.
Señaló que su encuentro con heridos y familiares fue una conversación «muy abierta y sin tapujos», y que piensa volver a reunirse con ellos «en unos meses» para mostrarles «qué se ha aprendido» y «qué se puede hacer en el futuro mejor» para que la respuesta del Estado sea «suficiente».
Reconoce sus errores
Merkel también reconoció que el Estado cometió fallos en materia de seguridad y de atención a las víctimas al afrontar su primer gran atentado yihadista.
En una breve declaración durante los actos conmemorativos junto al mercadillo donde irrumpió el camión, Merkel asumió las críticas que se le han realizado desde distintos sectores en las últimas semanas e indicó que el atentado mostró «debilidades del Estado».
«Hoy es un día de tristeza, pero también de mostrar la voluntad de que aquello que no salió bien se haga mejor», subrayó.
En concreto, la canciller indicó que el Gobierno no sólo debe preservar la seguridad de sus ciudadanos, sino también dar a todos los damnificados «la oportunidad» de volver a ponerse en pie tras el golpe.
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Un año después de la masacre de Berlín, Merkel admite los errores
