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Alerta del virus progresista

Viktor Orbán, en la CPAC de Hungría: «En Europa ha comenzado la Reconquista»

MTI/OFICINA DE PRENSA DEL PRIMER MINISTRO/ZOLTÁN FISCHER

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, aseguró en su discurso en su intervención como anfitrión de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que en Europa ha comenzado «la Reconquista», haciéndo clara referencia a la que se produjo en España contra los musulmanes; de hecho, el discurso fue en húngaro y la palabra la dijo en español.

La CPAC, un evento respaldado por el Partido Republicano estadounidense que se celebra estos días en Budapest, ha contado con la presencia, además de la de Orbán, del primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, o de los ex jefes de gobierno esloveno y checho, Janez Jansa y Andrej Babis, respectivamente. Entre los invitados también se encontraban Janez Janąa, ex primer ministro de la República de Eslovenia, Jorge Buxadé, jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo, Hermann Tertsch, eurodiputado de VOX, Jordan Bardella, miembro del Parlamento Europeo y presidente de Agrupación Nacional, André Ventura, presidente del partido CHEGA y Rob Roos, miembro del Parlamento Europeo, entre otros.

«Hay CPAC en Estados Unidos, México, Brasil, Israel y Japón. Y hay un CPAC en Hungría. No es una mala compañía para estar. Pero, ¿cómo lograron los húngaros entrar en un club tan prestigioso? No somos grandes, no intimidamos, no somos ricos. No tenemos un gran ejército, no tenemos un PIB enorme, o una población particularmente grande. ¿Quién está interesado en nosotros?«, se preguntó Orbán durante su intervención del jueves.

Según el primer ministro húngaro, solo hay una razón por la que están en ese club de élite. «Hungría es una incubadora, donde se están realizando experimentos para la política conservadora del futuro. Hungría es el lugar donde no solo hablamos de derrotar a los liberales progresistas y cambiar hacia una dirección política cristiana conservadora, sino el lugar donde realmente lo hemos hecho», afirmó.

Orbán señaló que es difícil imaginar un país en una situación peor que la de Hungría en 2010, cuando volvió al Gobierno después de ocho años en la oposición. «Recuerdo que la pregunta entonces era si las políticas conservadoras podrían restaurar un país arruinado por los liberales que se habían vuelto locos. Pensamos entonces que, si se podía hacer aquí, se podía hacer en cualquier parte«, dijo.

«El experimento ha tenido éxito y somos la prueba de que solo las políticas conservadoras pueden ayudar en aquellos lugares donde los liberales, los izquierdistas, han destrozado un país. Y la historia de éxito húngara ha continuado desde entonces: pleno empleo, niveles récord de inversión, impuesto único, un 40% menos de abortos, la mejor seguridad pública en Europa, inmigración bajo control y una fuerte identidad nacional», presumió el mandatario húngaro.

Según Orbán, el experimento húngaro «debe su fama mundial a George Soros». «De hecho, Dios se mueve de una manera misteriosa. Si George Soros no hubiera atacado a Hungría, si no hubiera anunciado su programa para reasentar a millones de inmigrantes ilegales en Europa con la ayuda de sus ONG mercenarias, nunca hubiéramos llegado a las primeras planas del mundo», aseguró el primer ministro.

«Pero el tío Georgie anunció su programa de reasentamiento. Movilizó a su ejército de ONG y se dispuso a implementar su gran plan. Inundaron los Balcanes con inmigrantes ilegales y construyeron una ruta de contrabando de personas que conducía al corazón de Europa. Pero luego se enfrentaron a Hungría. Dimos la orden de alto, tomamos el guante y nos defendimos: construimos un cerco y defendimos nuestro país», continuó el mandatario.

Orbán comentó que después de un tiempo se dio cuenta de que no bastaba con defender las fronteras, «sino que solo podemos defender nuestro país si también nos involucramos en batallas intelectuales e ideológicas«. «Nos encontramos en medio de un campo de batalla intelectual-ideológico, porque la inmigración es una parte importante de la filosofía de los progresistas liberales. No tuvimos más remedio que denunciar la ideología de la sociedad abierta, y con ella todo el imperio de George Soros», dijo. «No queríamos ser famosos, y sin embargo lo somos. Desafiamos el canon liberal y saltamos a la fama mundial», añadió el primer ministro de Hungría.

Orbán afirmó que los húngaros no atacan, defienden. «No queremos decirles a otros países lo que deberían pensar sobre la inmigración, la teoría de género o el superestado europeo«. «Todo pueblo tiene derecho a vivir según su propia voluntad y naturaleza», aseguró. «Defendemos porque la élite progresista globalista quiere imponernos su voluntad, quiere decirnos qué pensar y cómo vivir».

El virus liberal progresista

El mandatario magiar dijo que estamos bajo un ataque, tanto en Europa como en América. «También debo informarles que el ataque no es de naturaleza económica: estamos ante un arma biológica. Se ha lanzado un ataque de virus contra nosotros. El virus fue desarrollado en laboratorios liberales progresistas. Este virus está atacando el punto más vulnerable del mundo occidental: la nación. Es un virus devorador de naciones que atomizará y pulverizará a nuestras naciones.

«La nación es el gran invento de Occidente. Es el corazón del mundo libre. Pero también es el talón de Aquiles del mundo occidental. Si las naciones se evaporan, se desintegran o se oxidan, se pierde la posibilidad de una vida libre y Occidente caerá«, advirtió Orbán.

El primer ministro húngaro reconoció que Occidente «no lo está haciendo bien», en lo referente a la competencia entre civilizaciones. «Lo peor es que la culpa la tenemos nosotros mismos. Ninguno de nuestros competidores podría haber causado tantos estragos», dijo. «Cuando la izquierda desató su virus en el mundo, muchos conservadores bien intencionados dijeron que este virus antinacional era solo una fuga accidental de laboratorio», prosiguió. «¡No seamos ingenuos! Hoy podemos ver que este virus no se ha escapado simplemente: se ha criado, se está propagando y extendiendo por todo el mundo. Inmigración, género y woke: todas estas son solo variantes, variantes del mismo virus«, aseguró Orbán.

«La esencia de la inmigración ilegal es la destrucción de la comunidad nacional. Es el desmantelamiento de la base cultural necesaria para el funcionamiento del Estado-nación y la creación en su lugar de grupos marginados, atomizados, coexistentes, pero mutuamente hostiles, que nunca formarán una comunidad y que, en última instancia, nunca formarán un Estado», alertó el mandatario.

Según Orbán, este es el mismo del movimiento woke y la propaganda de género. El primer ministro mencionó que los húngaros, en su idioma, tienen una única palabra para referirse al sexo, ya sea en contextos sociales —género— como en el biológico. «Nuestro idioma usa el mismo pronombre personal para todos, por lo que en Hungría no hay nada que discutir sobre ese punto. Por lo tanto, vemos, quizás más claramente que las personas en otras partes del mundo, que el movimiento woke y la ideología de género son exactamente lo que solían ser el comunismo y el marxismo: dividen artificialmente la nación en minorías para fomentar la discordia entre grupos. Esta es su base de poder».

«El experimento conservador húngaro tiene éxito porque podemos detectar marxistas a kilómetros de distancia», dijo. «Nos presionaron durante cincuenta años. El género y lo woke también dividen la nación en clases y proclaman que la clase es más importante que la nación, primando sobre la pertenencia a la nación y primando sobre la identidad nacional», señaló.

Según relató el primer ministro húngaro, la tercera «variante viral» que amenaza hoy a las naciones occidentales es la «política exterior progresista», que «siempre nos lleva a la guerra». «Trae agitación a los países en nombre de la exportación de la democracia, y luego se va o es absorbida, atrapada en el desorden que ella misma ha creado», continuó. «He visto muchas de esas revoluciones de colores. Comienzan con la consigna de la libertad, continúan con la reeducación liberal-progresista y el mejoramiento humano, y terminan en el caos, el desorden y la desgracia de los países abandonados a su suerte. Estoy seguro de que, si Trump fuera presidente, hoy Ucrania y Europa no sufrirían ningún tipo de guerra. ¡Vuelva, señor presidente! ¡Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande y tráenos la paz!», exclamó Orbán.

El mandatario magiar comentó que los progresistas en primer lugar «presionan diplomáticamente a las naciones, esperando que se comprometan, que declaren si apoyan o no la inmigración, la propaganda de género, la relativización de las familias y la sexualización de los niños«. «Aquellos que se niegan a hacerlo son el enemigo, y se les pronuncia una fatwa liberal. Si dices que el género y los movimientos LGTB tienen que ver con la sexualización de los niños, te acusarán de traicionar los valores occidentales. Si dices que las universidades no deben consistir en una educación ideológica woke sino en una búsqueda de la verdad, estás atacando la libertad académica. Si dices que la guerra no es de interés para el mundo occidental, se tee califica como uno de los facilitadores de Putin», comentó.

«El último objetivo de la política exterior imperial de los progresistas es privar a los Estados miembros de la Unión Europea del derecho a conducir su propia política exterior. Deben ser detenidos. Esta será la mayor batalla en Bruselas en los próximos meses«, anunció.

Para Orbán, la buena noticia «es que aquí en Europa ha comenzado la Reconquista«. «Hay resultados alentadores. En Italia han ganado nuestros amigos conservadores, ha ganado la Sra. Meloni«, recordó. En Jerusalén «también han ganado las fuerzas conservadoras». «Luego tenemos las próximas y prometedoras elecciones generales españolas, y las estrellas también están bien alineadas para nuestros amigos polacos. Y habrá elecciones al Parlamento Europeo, cuando finalmente podamos derrocar a la élite progresista y drenar el pantano de Bruselas», afirmó el primer ministro húngaro.

«Hemos detenido la inmigración en nuestras fronteras, hemos prohibido la propaganda de género y la sexualización de los niños en las escuelas, y también estamos trabajando sin concesiones por la paz. Está funcionando. Hemos ganado cuatro veces seguidas. La gente siente que su futuro está en juego. Apoyarán a la fuerza política que protege a toda la nación y representa sus intereses. Sí, la principal debilidad de las fuerzas progresistas es la voluntad popular: la democracia misma. Así es como pueden ser derrotados», dijo Orbán.

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