«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Las clases medias europeas sufren los efectos de años de desindustrialización

Von der Leyen maniobra para tratar de fortalecer la OMC pese a que no protege los intereses de los europeos

Bruselas corrupción
Ursula von der Leyen. Europa Press

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha decidido redoblar su apuesta por el globalismo económico con una nueva maniobra para rescatar a la decadente Organización Mundial del Comercio (OMC), debilitada desde que Donald Trump —con amplio respaldo popular— pusiera freno al sistema multilateral que ha favorecido durante décadas a los intereses de las élites europeas y asiáticas.

Junto a países del bloque del Pacífico como Japón, Chile o Australia, ha anunciado una «alianza» para reforzar la OMC y contrarrestar la renovada política arancelaria estadounidense. Según Von der Leyen, la prioridad es restaurar el funcionamiento del Órgano de Apelación, inoperativo desde 2019 precisamente por el veto norteamericano a una institución que Washington considera parcial y politizada.

Mientras las clases medias europeas sufren los efectos de años de desindustrialización, burocracia verde y encarecimiento energético, Bruselas opta por priorizar la reconstrucción de un organismo supranacional que no ha servido para proteger los intereses europeos, sino para facilitar la hegemonía comercial china y perpetuar los dogmas del libre comercio sin soberanía.

Como era de esperar, Alemania respalda sin fisuras esta hoja de ruta. El canciller Merz, fiel al guión, justificó la necesidad de «una alternativa si la OMC sigue bloqueada«, mientras que Francia lanza tímidos avisos sobre la cesión de soberanía económica. Pero en el fondo, todos aceptan la consigna: evitar cualquier confrontación real con Washington y volver cuanto antes a las reglas del juego de la vieja globalización.

En paralelo, los mismos burócratas que imponen restricciones al pequeño productor europeo, apoyan sin rubor una arquitectura comercial que premia a regímenes autoritarios como China y arruina al campo europeo.

Con esta ofensiva, Von der Leyen no sólo busca blindar el entramado institucional del globalismo. Pretende consolidar el control económico de Bruselas, reforzar el papel de los organismos internacionales por encima de los Estados-nación y neutralizar cualquier tentativa de recuperación de soberanía, ya venga de Trump o de los movimientos patrióticos europeos.

+ en
Fondo newsletter