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El 25 de noviembre de 1975 les derrotaron

Revolución de los Claveles: la fallida imposición de un régimen comunista en Portugal

25 de abril, Revolución de los Claveles

El 25 de abril de 1974 es recordado en Portugal como el Día de la Libertad por la Revolución de los Claveles, que llevó a la caída del régimen de António Oliveira Salazar, conocido como el Estado Novo. Sin embargo, en su conmemoración, a menudo se pasa por alto el intento del Partido Comunista y varios militares de establecer un régimen totalitario similar al cubano.

El PCP ejerció una influencia importante en la fase inicial de la revolución, ocupando cargos clave en el Gobierno y controlando diversos sectores de la sociedad. En su propia página web, declara que éste fue uno de los momentos más destacados de su historia, un «legado construido por la lucha de los trabajadores y el pueblo, del cual nosotros, los comunistas, estamos orgullosos de haber contribuido de una manera inigualable».

El VI Congreso (1965) es recordado como un momento crucial para esa contribución al 25 de abril. «En él se definieron las bases sociales de la revolución y contrarrevolución, las formas de lucha, los objetivos y las condiciones para democratizar el país«, afirma el PCP.

No obstante, la idea de democracia se ve cuestionada en la historia de Portugal debido al intento del Golpe de Praga en 1974-1975, inspirado en el golpe comunista en Checoslovaquia en 1948. Este golpe, respaldado también por distintos sectores del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), pretendía instaurar un régimen afín a la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia.

Se puede respaldar esta teoría al observar la influencia soviética sobre el partido, dado que el PCP era el partido más fuerte de Europa Occidental en la época y mantenía estrechos vínculos con la URSS. Esto alimentó las especulaciones sobre la posibilidad de una intervención soviética para apoyar el golpe comunista en Portugal.

En el Proceso de Revolucionario en Curso (PREC), se desencadenó meses de tensión, conocidos como el «Verano Caliente de 1975», que incluyeron distintas manifestaciones, secuestros en la Asamblea de Portugal y diversas amenazas. Todo ello, debido a las divergencias entre la extrema-izquierda, representada por militares con inclinaciones comunistas, y las fuerzas más moderadas y de centroderecha.

Según afirma uno de los principales periódicos portugueses, Sic Noticias, «parte de las fuerzas políticas temía una radicalización excesiva del país en dirección al comunismo, lo que llevó enfrentamientos entre los sectores más moderados y los más radicales». Finalmente, el 25 de noviembre de 1975 marcó el fin del proceso revolucionario y la caída del comunismo en Portugal.

Este día, crucial para la democracia portuguesa y a menudo menospreciado, dividió dos facciones identificadas entorno a Otelo Saraiva de Carvalho, líder del Comando Operacional de Continente que distribuyó armas a grupos de izquierda, y la facción de Ramalho Eanes y Jaime Neves, conocida como la «derecha militar» que preparó la intervención.

Esa intervención buscaba restaurar el orden y evitar una deriva hacia la izquierda radical, logrando así la reconciliación y la estabilización política. Por tanto, el 25 de noviembre de 1975 es el día que debemos celebrar la democracia y la libertad en Portugal.

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