El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no disparó el arma, pero muchos en el país ya no dudan de que cargó simbólicamente la pistola. Apenas unos días antes del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, el jefe del Ejecutivo volvió a señalarlo públicamente desde su cuenta oficial en X, en lo que ahora se interpreta como una escalada verbal que pudo haber alentado el ataque.
«¡Dios mío! ¿El nieto de un presidente que ordenó la tortura de 10.000 colombianos, hablando de ruptura institucional?«, escribió Petro el jueves 5 de junio, haciendo alusión al expresidente Julio César Turbay, abuelo del senador. El mensaje iba acompañado de un vídeo en el que se veía a Miguel Uribe interviniendo en un foro de Asobancaria en Cartagena. En dicho evento, el senador anunció que presentaría una demanda contra el nombramiento de Eduardo Montealegre como ministro de Justicia, por considerarlo inconstitucional.
Apenas unas jornadas después, Uribe ha sido víctima de un intento de asesinato a plena luz del día. Un hecho que ha sacudido a Colombia y que muchos interpretan como el resultado de un clima de hostilidad promovido desde el propio Gobierno.
¡Dios mio¡ ¿el nieto de un presidente que ordenó la tortura de 10.000 colombianos, hablando de ruptura institucional? https://t.co/Z8fIyckdBI
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 5, 2025
La estigmatización contra la oposición no es nueva en el discurso de Petro. Lo que hoy se ha materializado en atentado sería consecuencia directa de años de deslegitimación del adversario, de justificar la violencia desde las instituciones y de presentar cualquier cuestionamiento al poder como una amenaza a la estabilidad del país.
Gustavo Petro no es un político convencional. Fue miembro del grupo armado M19, organización que secuestró, torturó, asesinó y quemó vivos a magistrados durante la toma del Palacio de Justicia en 1985. Pese a ese pasado, y a las conexiones que hoy mantiene con terroristas y narcotraficantes, Petro gobierna Colombia con una retórica que muchos consideran incompatible con los principios democráticos.