«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
GOLPES, NEGACIÓN DE VISITAS, PRIVACIÓN DE ALIMENTOS...

Así tortura el régimen comunista de Cuba a los presos políticos que rechazan la ‘rehabilitación ideológica’

La Seguridad del Estado castrista reprime una protesta de las Damas de Blanco. Twitter

La pasada semana familiares de presos políticos cubanos afirmaron que el régimen castrista está castigando ferozmente a los detenidos por rehusarse a cumplir con la “rehabilitación ideológica” dictada por la tiranía.

Golpizas, traslados a distintas prisiones, negación de visitas y privación de alimentos y tratamientos médicos son los principales mecanismos utilizados por los acólitos de Miguel Díaz-Canel para buscar quebrar la voluntad de la mayoría de las personas apresadas en medio de las jornadas de julio de 2021, cuando se desarrollaron las más grandes protestas contra la dictadura que se recuerden en la historia contemporánea de la isla.

Un antiguo informe de Human Rights Watch (HRW) en 1999 dejó en claro que el régimen cubano utilizaba el adoctrinamiento político como arma contra los disidentes que caían en prisión. Así, generalmente un instructor militar obligaba a los presos a estudiar textos procastristas y a gritar consignas de apoyo al fallecido dictador Fidel Castro: “Viva Fidel”, “Comandante en Jefe, ¡Ordene!”, «Patria o Muerte ¡Venceremos!», formaban parte del inventario de agravios. Testimonios de la época dan cuenta de situaciones en las que si el preso optaba por negarse a participar de dichos programas era brutalmente golpeado por los esbirros de la dictadura.

Al día de hoy, aunque ya no estén ni Fidel ni Raúl Castro al mando directo de la revolución cubana, las cosas no parecen ser muy distintas. Dayana Aranda, esposa del preso político Juan Pérez Sánchez (detenido por las protestas cívicas de julio de 2021), señala que su marido ha sido vejado por sus carceleros, cambiando continuamente su sitio de reclusión e incluso siendo dejado toda la noche a la intemperie en ropa interior como castigo.

«Lo último que sé de mi esposo es que permanece en su puesto, que se niega a seguir vistiendo la ropa de un preso común. Restringieron todas las llamadas y visitas de él, le quitaron todos los privilegios de recluso y lo mantuvieron en el mismo destacamento (militar) con asesinos que cumplen hasta 40 años por asesinato”, afirma Aranda en declaraciones sobre el caso.   

Las Damas de Blanco, un grupo histórico que lucha por la libertad y la democracia en la isla también ha tenido que afrontar la última oleada represiva del régimen encabezado por Díaz-Canel. En tiempos recientes la agrupación ha visto a al menos tres de sus integrantes ser detenidas por la dictadura: Sisi Abascal, Sayli Navarro y Tania Echevarría.

«En una prisión se viven muchas cosas, pero a pesar de todo eso, ellas siguen con su grito de Patria y Vida y eso da fuerza y alegría», señala a Radio y Televisión Martí Ania Zamora, madre de Sisi Abascal. Sin embargo, Zamora insiste en las precariedades que sufren las detenidas en la cárcel, apuntando: «Si nosotros en la calle no tenemos nada, imagínate ellas allá adentro…»

Yosvany Rosell García es un trabajador que fue sentenciado a cumplir una condena de 15 años de cárcel por manifestarse contra la dictadura, esto bajo el pretexto de estar incurso en el delito de “sedición”. Hace poco García intentó liderar una protesta contra los vejámenes y el adoctrinamiento al que es sometido prisión vistiéndose con ropa blanca, un símbolo que las Damas de Blanco y otros grupos de la resistencia cubana han abrazado para dar un mensaje de disidencia, fe, paz y pureza.

Esto le valió una reprimenda, al punto de que al día de hoy se mantiene incomunicado. La esposa de García, Mailín Rodríguez, ha dicho que han arremetido contra él por plegarse a una huelga de hambre y luego por intentar usar prendas blancas para manifestar su rechazo al régimen comunista. “La situación es terrible, porque esperan la bolsa de comida que alguien les trae de casa, porque los presos allí se mueren de hambre», refiere Rodríguez sobre las condiciones de reclusión de su marido.

Así, aunque el régimen castrista intente dar la impresión en algunos círculos internacionales de que ha avanzado hacia una apertura o liberalización, lo cierto es que los vejámenes contra los detenidos por disentir de la dictadura siguen a la orden del día, recrudeciéndose éstos luego del desafío para el poder que significó el vuelco de miles de cubanos a las calles el año pasado para exigir dos cosas en apariencia simples, pero a la vez poderosas: “Patria y Vida”.  

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