El presidente de Bolivia, Luis Arce, informó el martes que se ha reunido en Santa Cruz con la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez y los expresidentes de Argentina, Colombia y España, Alberto Fernández, Ernesto Samper y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente.
«Sostuvimos un grato encuentro en Santa Cruz con la hermana vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, hermanos expresidentes y líderes latinoamericanos del Grupo de Puebla», dijo el mandatario boliviano en redes sociales.
La agenda establecida comprende tanto un intercambio grupal como encuentros particulares de los participantes con Arce, quien les presentará las «bondades» del modelo económico «social comunitario» del cual Bolivia ha hecho una especie de bandera desde los días en los que el actual mandatario se desempeñaba como ministro estrella de Evo Morales, pasando por las carteras de Hacienda y Economía entre 2006 y 2019.
Esto ocurre en un escenario en el que el país sudamericano actualmente atraviesa por una severa escasez de dólares, expresada en el desplome de las reservas de divisas. Bolivia ha visto caer esta cifra de unos 15.000 millones de dólares hace diez años a un nivel que cerró en 2023 en torno a los 2.000 millones de dólares.
Además de ello la nación andina presenta actualmente una disminución importante en su producción gasífera. En el segundo semestre del año pasado las autoridades admitieron la baja en las reservas de gas, y por ende el golpe que esto implica en las finanzas públicas.
El programa de esta reunión del Grupo de Puebla comprende una presentación sobre la «articulación del mundo multipolar», por parte de Rodríguez Zapatero. Además, el seminario contempla que Samper hable de «Desafíos de la integración regional, 15 años después de la creación de UNASUR», mientras Alberto Fernández abordará la cuestión de la «nueva arquitectura financiera regional» y Delcy Rodríguez expondrá sobre las «sanciones económicas multilaterales».
El verdadero motivo de la reunión
Sin embargo, distintos medios locales reseñan que el verdadero motivo del encuentro entre los distintos expresidentes e integrantes del Grupo de Puebla no es disertar sobre las bondades del modelo económico boliviano.
Así, se ha señalado que los intercambios con Arce intentan promover una reconciliación política entre este y su mentor, Evo Morales. Para nadie es un secreto que ambos líderes izquierdistas mantienen una pugna abierta por el poder desde hace un par de años que se ha recrudecido en meses recientes.
Los enfrentamientos entre Morales y Arce han permeado distintos ámbitos de la esfera pública boliviana, empezando por el control del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) y terminando por los tribunales.
En octubre pasado Arce y su vicepresidente David Choquehuanca fueron expulsados oficialmente de la formación durante un congreso, en medio de un golpe de mano promovido por los simpatizantes de Evo Morales dentro del partido. Con ello el jefe cocalero parecía avanzar en una estrategia que le permitiría colocarse como el candidato del oficialismo en las presidenciales de 2025.
Sin embargo, a finales de diciembre pasado el Tribunal Constitucional cerró el paso a una posible nueva candidatura presidencial de Morales. Todo ello al afirmar que Bolivia no considera la reelección indefinida «un derecho humano» y, además, el expresidente ya había ejercido el poder durante tres períodos consecutivos entre 2006 y 2019.
La alta corte de justicia boliviana afirmó que una persona sólo puede ejercer cargos públicos durante dos períodos como máximo, ya sean continuos o no. Dicha decisión fue tildada por Morales como un «plan negro» en su contra.
La inconformidad del expresidente boliviano ha alcanzado incluso al plano internacional. Recientemente Morales anunció su intención de levantar quejas en el propio Grupo de Puebla sobre el desconocimiento de su liderazgo que hacen los seguidores de Arce.
