«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Es la jefa de Estado más impopular de América del Sur

Dina Boluarte cierra el año en medio de escándalos de corrupción, frivolidad e ineficiencia al frente del Gobierno en Perú

La presidente de Perú, Dina Boluarte. X

La presidente peruana Dina Boluarte tiene poco que celebrar este 31 de diciembre. Superviviente de numerosas crisis políticas, Boluarte cierra el 2024 como la jefa de Estado más impopular del América del Sur, según un estudio de CB Consultora Opinión Pública de Argentina.

Las encuestas peruanas tampoco son gratificantes. Muchas coinciden en que la mandataria apenas tiene un 3% de respaldo, lo que roza el margen de error, frente a más del 90% que le rechaza por diversos motivos.

Frente a los números adversos, Boluarte no dudó en acusar a las encuestadoras de haberle pedido dinero a cambio de mejor los resultados en los sondeos. «Señor, perdónalos porque no saben lo que encuestan», llegó a decir durante una de las pocas apariciones que ha hecho a lo largo de este año, centradas, en su mayoría, en la capital peruana y el vecino puerto del Callao.

«A los que me califican, que dicen que tengo 3% de aprobación, yo les digo a ellos: De una vez pónganme cero, así estamos empatados y nos vamos a penales. A ellos les digo, ¿para qué gastan su dinero, su energía? Primero empezaron en 11%, luego nos tocaron la puerta, pero denos alguito, le podemos subir 2 puntos, o sea, a once; y yo les he dicho que nada, porque ese dinero prefiero gastarlo en Llamkasun para las hermanas y hermanos», dijo durante un evento del Programa de Empleo Temporal – Llamkasun Perú.

Ante las acusaciones de Boluarte, la Asociación Peruana de Empresas de Inteligencia de Mercados (APEIM) exigió una rectificación inmediata. A través de un comunicado, indicó que afirmar que estas encuestas se realizan por algún beneficio constituye una difamación que, además de dañar su buena imagen institucional, representa un delito.

«Las empresas asociadas a nuestro gremio trabajan con seriedad y nunca solicitan dinero, dádivas ni ningún tipo de favor para entregar resultados verídicos», señaló.

Dina Boluarte sucedió a su exjefe Pedro Castillo a finales de 2022 y la izquierda de inmediato la llamó traidora y usurpadora por haber reemplazado al golpista que quiso convertir al Perú en una nueva Bolivia.

Sobrevivió a las asonadas que hicieron peligrar su mandato, pero las muertes de manifestantes, los escándalos de corrupción, y sobre todo su frivolidad e ineficiencia, la desgastaron lo suficiente como para que su permanencia en el cargo penda de un hilo; un hilo que sostiene el Congreso que funge de órgano decisor de la vida o muerte de un Gobierno que empezó mal, empeoró con los meses y hoy, más que nunca, muestra signos de descomposición pese a no tener, definida, su fecha de expiración.

No obstante, el prófugo de la justicia Vladimir Cerrón, líder del partido marxista leninista Perú Libre -que llevó tanto a Castillo como Boluarte el Poder Ejecutivo y goza de presencia y decisión en la Mesa Directiva del Parlamento-, aseguró que Boluarte tiene los días y contados y su salida está «prevista» entre abril y julio del 2025.

«Boluarte no tendrá la oportunidad de dirigirse una vez más al país el 28 de julio de 2025, su salida está prevista entre abril y julio del próximo año. Si es inteligente, debe preparar su sucesión en el poder», dijo en una entrevista para el dominical Cuarto Poder desde la clandestinidad.

¿Boluarte tomará el consejo de su antiguo líder y camarada? ¿Seguirá confiando en los partidos de centroderecha que la sostienen por oportunismo? ¿O seguirá el ejemplo de su hermano Nicanor y huirá de la justicia cuando las fauces de la fiscalía, que le es hostil, le muerdan los talones?

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