Brasil ha registrado la mayor caída mensual en su tasa de inflación desde 1980, en medio de ajustes económicos ordenados por el presidente Jair Bolsonaro. Así, el país sudamericano habría tenido una disminución de 0,68 por ciento al cierre de julio en el índice de precios al consumidor.
A contracorriente con la crisis inflacionaria que están viviendo países como Argentina, Brasil acumula una inflación del 4,77 por ciento en lo que va de 2022. Las previsiones apuntan que, por ejemplo, mientras el Gobierno del peronista Alberto Fernández tendrá una inflación de más del 100 por ciento al final del año, el de Bolsonaro registrará una de solo un 8 por ciento.
Las medidas adoptadas por el presidente brasileño se basan en un programa de recortes en los impuestos de varios bienes y servicios, como la gasolina y la electricidad, además de efectuar modificaciones a la política de precios en la empresa estatal petrolera Petrobras, cuya directiva fue cambiada en junio pasado.
El Gobierno de Bolsonaro ha balanceado estas medidas aprobando bonos de ayuda para más de 20 millones de brasileños que han sido identificados como población vulnerable.
