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El empresario mantiene un discurso de cambio

Elecciones en Colombia: Hernández y Petro llegan en empate técnico en los sondeos al último tramo de la campaña

El candidato presidencial colombiano Rodolfo Hernández. Reuters
El candidato presidencial colombiano Rodolfo Hernández. Reuters

Gustavo Petro y Rodolfo Hernández están empatados en intención de voto para la segunda vuelta, según las últimas encuestas y sondeos. La encuesta de la firma Guarumo EcoAnalítica, dada a conocer por el diario El Tiempo el pasado domingo, sugiere que Hernández lleva la delantera con el 46,4 por ciento (frente al 43,3) con un margen de error del 2,5 por ciento, es decir, se trata de un empate técnico. Lo mismo ocurre con los resultados de la encuesta de Yanhaas, en la que Petro logra el 42 por ciento frente al 41 de Hernández. La tendencia la ratifica el sondeo de la firma GAD3 para La FM de RCN, en la que el 48,1% por ciento de los encuestados votaría por Hernández y el 46,8 por ciento por Petro.

El alza inicial de Hernández después de las elecciones del 29 de mayo parece estar disipándose, mientras los esfuerzos de Petro se concentran en una campaña negativa en contra del ex alcalde de Bucaramanga, dando a conocer todo tipo de información sobre el ingeniero bumangués de 77 años (incluyendo un reciente audio, en el que presuntamente presiona a una funcionaria de la alcaldía para que publique una nota incluso en contra de la ley). Hernández es reconocido por su vehemencia y por un uso del lenguaje que para muchos resulta grosero, pero suele insistir en que él habla así y a la gente no le gusta que diga todo de frente.

Además, ese estilo que sus enemigos tachan de pendenciero y agresivo lo ha caracterizado siempre. En un evento al que pudimos asistir fue claro al expresar que iba a sacar a todos «los politiqueros hijos de pu** del gobierno», a lo que los asistentes reaccionaron con júbilo y aplausos.

Precisamente esa crítica directa a la clase política ha sido el pilar de su campaña, razón por la cual muchos no entendieron la reunión que sostuvo con Sergio Fajardo, excandidato de la coalición Centro Esperanza y su equipo de trabajo la semana pasada, después de la cual hubo una breve rueda de prensa. Una vez recibió el documento en el que pedían algunos ajustes a su programa de gobierno, Hernández descartó de tajo una alianza y fue enfático al afirmar que «ellos querían cambiar todo el programa que ganó. Pero como ganó, nosotros lo tenemos que hacer respetar«.

Su respuesta se conoció el sábado, día en el que asistió al estadio Atanasio Girardot en la ciudad de Medellín, para asistir al partido entre el Atlético Nacional y el Atlético Bucaramanga. Fue recibido con gritos de “Presidente, Presidente”. Cabe recordar que el único departamento en el que ganó el ahora excandidato a la presidencia Federico Gutiérrez fue precisamente Antioquia, cuya capital es la ciudad de Medellín, y hoy allí puntea Hernández en todas las encuestas.

Gustavo Petro no demoró en reaccionar y publicó que «Hernández prefirió a Uribe que a Fajardo, era previsible». Esto sin duda hace parte de la estrategia del Pacto Histórico, que busca insistir en que Hernández es el candidato de Uribe y a la vez presionarlo para que rechace todo apoyo de este sector político, que aún mantiene un importante caudal electoral, a pesar de la imagen desfavorable del expresidente.

Fuentes consultadas confirmaron que hay malestar en algunos sectores del uribismo por trinos y expresiones de Hernández en las que sugiere que ya los derrotó y ahora derrotará al petrismo. Indican que lo mejor que puede hacer Hernández es insistir en que recibe todos los apoyos, pero sin ningún tipo de compromiso o cambio a su programa. Criticar o atacar al uribismo puede resultar contraproducente en un momento en el que necesita sus votos, pero no su compañía en tarima.

Recientemente el exministro de Hacienda de Cesar Gaviria, Rudolf Hommes, promotor de la apertura económica, anunció su respaldo a Petro, pidiendo «que haga una política económica razonable, y que respete la constitución y la ley», algo que llama mucho la atención, pues si alguien ha sido crítico de las políticas económicas que se implementaron en esa Administración (1990-1994) ha sido Petro, quien, además, ha insistido en que llegado el caso podría gobernar por decreto. Hommes es uno más de los representantes del establecimiento que critica Rodolfo Hernández, que se suma a la campaña del Pacto Histórico, por lo que cobra aún más sentido la estrategia de este último de presentarse como el único candidato que representa un cambio. Esa que llevó a Hernández a la segunda vuelta.

Mientras tanto, las apuestas en la plataforma PredictIT, que hasta el momento han acertado, mantienen a Hernández con una acción de 68 centavos y a Petro con una de 37 (consultada por última vez el lunes a las 11:04 a.m. hora Colombia). Todo dependerá de la movilización electoral que se logre articular el domingo 19 de junio. Hernández buscará el voto de opinión. Y Petro lo hará, vaya paradoja, como representante del sistema político colombiano al que pretende reformar.

Hernández ha gastado mucho menos en su campaña, mantiene un discurso consistente e insiste en que no tiene porqué ser experto en todos los temas cuando Petro lanza acusaciones en su contra por su desconocimiento del Estado. Suele responder que «sumar y restar sí se y eso es lo que ha faltado».

En Colombia, la ciudadanía quiere un cambio, un cambio de verdad. A Petro cada día le queda más difícil presentarse como el representante de ese sentimiento, rodeado, como está, de quienes llevan décadas trabajando en las diferentes ramas del poder público.

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