«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
está bajo investigación por delitos relacionados con el tráfico y trata de personas y estupro

Evo Morales, acorralado por varias pruebas que confirman sus abusos sexuales a niñas cuando presidía Bolivia

Evo Morales, expresidente de Bolivia. Europa Press

Las pruebas contra Evo Morales, expresidente de Bolivia acusado de agredir sexualmente a menores de edad durante su etapa en el cargo, son cada vez más y le están acorralando judicialmente. La evidencia más significativa, publicada hoy por El Debate, consiste en tres imágenes que permanecían ocultas y que demuestran que altos funcionarios de la Policía impidieron investigar una presunta agresión física del expresidente a una de las menores.

Otra de las revelaciones incluye la localización precisa donde se habrían producido la mayoría de los abusos. Morales, quien se encuentra en paradero desconocido desde que se emitió una orden de arresto en su contra, ha evitado ofrecer su versión de los acontecimientos. Mientras tanto, grupos civiles que lo respaldan han estado bloqueando las principales vías del país andino y amenazan con usar la violencia si es detenido.

En la actualidad, Evo Morales está bajo investigación por delitos relacionados con el tráfico y trata de personas, así como por estupro. Hay dos casos en su contra que fueron revelados en 2020 por el periodista de investigación Alejandro Entrambasaguas. El primero involucra a una joven llamada Cindy Sarai Vargas Pozo, quien quedó embarazada a la edad de quince años.

Según el acta de nacimiento, el bebé nació el 8 de febrero de 2016, a las 11:12, en Yacuiba, Bolivia. Este documento, firmado por la funcionaria Angélica Midori Ichinose Zgombich, indica que Juan Evo Morales Ayma, el nombre completo del exmandatario, admitió ser el progenitor de la niña, que fue concebida de manera natural. Actualmente, el bebé tiene ocho años. El certificado de nacimiento tiene el número 128.023 y está registrado en el libro 85, partida 1 de la Oficialía 60.301.002 del Registro Civil de Bolivia.

La semana pasada, las autoridades declararon como desaparecidas a una joven que ahora está en sus veintes y a su hija. Cindy Sarai nació el 12 de diciembre de 1999 en Tarija, en el sur de Bolivia. Según el Servicio General de Identificación Personal (SEGIP), que se encarga de emitir documentos de identidad en el país, actualmente es estudiante universitaria. Conoció a Evo Morales a los 14 años, cuando era guardia juvenil del partido del expresidente. Además, sigue registrada como militante del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el Registro del Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia.

Tras el nacimiento del bebé, gran parte de la familia de Cindy fue ubicada en instituciones estatales. Su madre, Idelsa Pozo Saavedra, también afiliada al MAS, consiguió un puesto como responsable de la Unidad de Género en el Gobierno Autónomo Regional del Gran Chaco. Uno de sus hermanos fue contratado por la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), bajo el Ministerio de Obras Públicas, mientras que el otro, que es policía, ascendió a un alto cargo directivo en Potosí, donde recibió un aumento significativo en su salario.

En contraste, su padre, Emeterio Varas Mamani, que había mantenido una vida sencilla trabajando en un taller de reparación de motocicletas en Yacuiba, continuó su rutina habitual, sin contacto con su hija desde que ella comenzó su relación con Evo. Emeterio fue detenido el 11 de octubre y, durante su interrogatorio con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), admitió saber que su hija y Evo habían tenido un bebé cuando ella era menor. Actualmente, los investigadores están indagando si los padres de Cindy recibieron algún tipo de compensación económica por su hija. Al ser interrogado sobre la paternidad de su nieta, Emeterio respondió: «Claro, es hija de Evo Morales».

Entre los años 2015 y 2019, periodo en el que Evo tuvo una relación con Cindy, la joven realizó un total de 140 vuelos nacionales, algo que sorprendió a los investigadores, dada su escasa capacidad económica en ese momento. De esos viajes, 50 fueron con su bebé, mientras que el resto los hizo sola. El costo total de esos pasajes ascendió a 110.732 bolivianos (aproximadamente 13.841,49 euros), una suma que resulta inusual para una joven de una familia humilde. Además, se espera que la investigación se amplíe en los próximos días, incluyendo una lista de posibles cómplices, es decir, aquellos que estaban al tanto del embarazo de Evo a una menor y no denunciaron la situación.

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