El expresidente de Bolivia Evo Morales ha convocado este viernes una reunión en la localidad de Lauca Eñe, con motivo de la crisis política y económica que atraviesa el país, en medio de su inhabilitación para las elecciones de 2025 y de que el Constitucional le desautorizara como líder del Movimiento al Socialismo (MAS).
Morales ha apelado a sus bases para sacar músculo en un escenario en el que ya tuvo lugar el controvertido congreso del MAS en el que se intentó expulsar al presidente Luis Arce del partido y ratificar su figura como único líder.
Sin embargo, la semana pasada el Tribunal Constitucional ratificó el congreso de El Alto en el que se reconoció a Grover García, afín Arce, como líder del MAS, que desde entonces se halla en una suerte de bicefalia que plantea importantes dudas en no solo en la izquierda boliviana, sino en toda la política del país.
En un comunicado dirigido a sus simpatizantes, Morales ha vuelto a denunciar la persecución política que a su juicio él y los suyos están sufriendo parte de una judicatura plegada a los intereses de un Gobierno que «acosa, amedrenta, detiene y encarcela» a través de una «guerra jurídica».
«Hasta intentaron acabar con mi vida, como no lo lograron, nos quitan la sigla del MAS. Inconstitucional, ilegal e ilegítimamente, mediante la utilización y manejo del aparato judicial», ha acusado el expresidente.