«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
UNA PARTICULAR EVOLUCIÓN POLÍTICA E IDEOLÓGICA

Fernando Villavicencio, su tránsito desde la izquierda al anticorreísmo y su lucha contra la corrupción

El candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio. Europa Press

Múltiples diarios internacionales retratan a Fernando Villavicencio como el candidato «de la derecha» ecuatoriana frente al socialismo del siglo XXI, cuya abanderada lleva la delantera de cara a los comicios presidenciales. No obstante, la realidad dista de esa versión. Y es que «Villa» tuvo una particular evolución política e ideológica que nace en la izquierda sindical y concluye con su enfrentamiento contra los narcoregímenes bolivarianos de la región.

Es más, su lucha incluso llegó hasta la Madre Patria, donde acusó frontalmente a la ministra de igualdad, Irene Montero, de coludir con el socialismo sudamericano. La Gaceta publicó una nota que incluye una entrevista a Villavicencio al respecto.

Como presidente de la Comisión de Fiscalización y Control Político en la Asamblea de Ecuador, Villavicencio presentó ante la Fiscalía una denuncia contra Irene Montero. Entregó las pruebas de 17 transferencias bancarias. Las tres transferencias más onerosas se llevaron a cabo durante el gobierno de Rafael Correa que concluyó en 2017. Una superó los 119.423,09 euros y fue enviada el 10 de marzo de 2016. La segunda más numerosa fue de 107.926,72 euros y fue transferida el 14 de abril de 2015. La tercera más abundante fue de 97.506,88 euros y se envió el 8 de mayo de 2014.

Esos montos fueron bajos para lo que sucedió durante el gobierno del socialismo del siglo XXI. De acuerdo al Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el Exilio, Ecuador trianguló 54 millones de euros entre lo que fue la potencia petrolera de Venezuela y España, al servicio de Podemos, la extrema izquierda. Todo bajo el gobierno de Rafael Correa.

Dicho exmandatario declaró en redes sociales que su «venganza personal será contundente». El video donde lo proclama se ha viralizado tras la muerte de Villavicencio, en vista que este anunció que revelaría información que incriminaría a Correa a la par de su exvicepresidente, Jorge Glas, quien ya estuvo en prisión por corrupción.

Una de las políticas destacadas que divulgó el video es la candidata a la presidencia de Colombia, María Fernanda Cabal, quien fue recientemente amenazada de muerte por la guerrilla ELN. Tras el asesinato de Villavicencio ha impulsado el lema «que no triunfe el miedo».

Ahora bien, aunque muchos líderes y referentes regionales han destacado a Villavicencio como un candidato «de derecha», su historial muestra que esto no es así. De hecho, fundó el primer partido indigenista de Ecuador, el Pachakutik, en 1995. A la par de ello fue líder sindical de la Federación de Trabajadores Petroleros (Fetrapec).

En el 2021 llegó al Poder Legislativo en alianza con el Partido Socialista, que incluso es miembro del Foro de Sao Paulo. Además, por años fue un notable detractor del proceso de dolarización y anunció que lo combatiría desde la Asamblea Nacional. Dicha lucha, como es obvio, es habitualmente adjudicada a la izquierda.

Sin embargo, en una reciente entrevista anunció que tras su persecución durante el Gobierno de Rafael Correa encontró más aliados en el “empresariado” que entre sus camaradas de izquierda. Ante la pregunta sobre su pensamiento político/ideológico, dijo que empezó a la izquierda. No fue capaz de pronunciar la palabra derecha. Marcó una diferencia entre esa izquierda y el “empresariado”, y arguyó que hay un “empresariado” con el cual podía eventualmente compaginar.

Al enfrentarse tan duramente contra el socialismo del siglo 21 -lo cual provocó su exilio en el 2013 y su posterior vuelta al Ecuador recién al terminar el gobierno de Correa en el 2017-, se le denominó como un líder político de derecha. Todo ello pese a que fue opositor a una de sus banderas más destacadas, la defensa de la vida desde la concepción. No sólo estaba en contra de ella, sino que incluso aplicó la herramienta progresista de la «cuota de género» cuando le tocó votar sobre el tema en el Parlamento. Así, en su momento hizo que votara su alterna en el Congreso, alegando que esto era un «tema de mujeres».

Otro asunto que lo puso en las antípodas de la derecha fue la amnistía a los terroristas de octubre del 2019. Así como en Chile y Colombia soplaron lo que Nicolás Maduro y Diosdado Cabello llamaron las «brisas bolivarianas», en Ecuador se manifestaron bajo el grito «comunismo indoamericano o barbarie». Su líder, Leonidas Iza, quien anda en un coche de lujo mientras centenares de indígenas llegaron a la capital de los ecuatorianos a pie, gozó de la amnistía otorgada por Villavicencio y otros legisladores. Pese a los destrozos les costaron a los ecuatorianos más de 800 millones de euros.

En su defensa, el fallecido legislador alegó que lo hizo para proteger a los inocentes. Y es que la votación tenía una trampa. Metió en el mismo bloque a delincuentes y a inocentes. Esta decisión fue duramente cuestionada, ya que dejó en impunidad a los vándalos que nuevamente sometieron al país en junio del 2022 a lo largo de 18 días. Iza fue detenido inicialmente, pero luego fue liberado.

Dado su recorrido cuanto menos ecléctico, el profesor universitario español residente en Ecuador Luis Goded destaca la evolución de Villavicencio y cómo sobresalió en la lucha contra la corrupción.

Y deja una lección respecto a cómo primero dentro de la izquierda hay diferencias y segundo cómo hasta el más radical puede terminar aliándose con quienes serían sus enemigos al inicio. Sobre todo, la importancia de ver el mérito del otro, aunque no sea un coideario.

Si bien Villavicencio reconoció haber sido de izquierda, alegó que nunca lo fue de corriente violenta. Nació en una zona rural de Alausí, provincia de Chimborazo. Lo cual le volvió cercano a la gente del campo. De ahí habría nacido su cercanía por los trabajadores y su temeridad para enfrentar hasta a los más poderosos.

No dudó siquiera en denunciar a líderes regionales, como la corrupción de Gustavo Petro, al haber recibido dinero sucio. Tampoco de haber destapado los escándalos de Alex Saab, al igual que Piedad Córdoba. Lo mismo respecto a los grupos del crimen organizado, en particular los vinculados al narcotráfico. Ni siquiera se salvaron de sus denuncias la policía y las Fuerzas Armadas. Advirtió que revelaría los nexos entre uniformados de alto rango y el narco. Lo cual ha desatado la hipótesis de que su muerte estuvo vinculada a ello, puesto que fue asesinado dentro de un patrullero y uno de sus victimarios fue abatido bajo custodia policial.

Pero el propio Villavicencio dijo meses atrás que si alguien atentaba contra su vida, sería el correísmo. Esto último podría golpear al binomio presidencial que lleva la delantera. Dado que la enemistad entre el correísmo y Villavicencio era pública. Aun es incierto si su partido presentará candidato presidencial. Pidieron una prórroga para el debate y por ahora esta no ha sido concedida.

Mientras tanto, ha quedado un espacio abierto para un candidato con un discurso no sólo anticorreísta sino abiertamente en contra de la corrupción que llevó al país al estado actual de violencia en el que se produjo la muerte de Villavicencio.

El candidato Otto Sonnenholzner fue el primero en abrazar dicho discurso. Y tiene como competidor al candidato de la mano dura Jan Topic, a la par del indigenista Yaku Pérez, que promueve el diálogo entre los rivales. Los ecuatorianos deberán definir si optan por el aparente pacifista o si apuestan por la fuerza contra la delincuencia.

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