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EL PRESIDENTE DE BRASIL ESTUVO EN CHINA ENTRE EL 12 Y EL 15 DE ABRIL

Geopolítica, economía y comunicaciones: la peligrosa alianza entre Lula y el régimen chino

Lula da Silva con Xi Jinping en China. Europa Press

La visita de Lula da Silva al dictador Xi Jinping generó una calurosa acogida por parte de los instrumentos de propaganda política del régimen chino como el Global Times. La agencia de propaganda oficial del régimen dijo que «China dio la bienvenida al viejo amigo» que visitó el país del 12 al 15 de abril. El Global Times también elogió la propuesta del «Club de la Paz» de Lula da Silva.

El diario oficial también aprovechó para desmeritar la visita de Brasil a Estados Unidos, que calificó de “decepcionante” y de “insuficiente ayuda para combatir la deforestación en la Amazonía”. Y, por otro lado, elogió la robusta delegación brasileña que viajó a China, incluyendo ministros, gobernadores, senadores y congresistas, mostrando los “estrechos lazos” entre los dos países.

La Declaración Conjunta entre los dos países y los 15 acuerdos firmados nos ayudan a entender las intenciones que las dos naciones quieren para los próximos años.

Se celebró la “confianza política mutua y la consolidación de la base política de las relaciones chino-brasileñas, con miras a fortalecer la Asociación Estratégica Global Brasil-China”. De manera contradictoria, se reconocieron los esfuerzos por la “paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad” y el compromiso como “derecho internacional”; lo que contrasta con el régimen totalitario chino, que tiene poco respeto por la justicia, la democracia o la libertad. El gobierno brasileño hizo una enfática defensa de los intereses chinos y afirmó que “Taiwán es parte inseparable del territorio chino”.

En el texto de la Declaración Conjunta se mencionó la importancia del FMI, Banco Mundial, G20, BRICS y BASIC en el ámbito comercial; sin embargo, Lula da Silva pronunció discursos mordaces contra el FMI que estaba asfixiando economías como la argentina y seguirá impulsando el comercio entre Brasil y China a través de la moneda china.

Brasil viene alineando aún más la órbita de influencia de la potencia asiática al abordar la propuesta china de paz en Ucrania; y cuando Brasil se posicione como interesado en la integración sudamericana, incluso a través de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”. La nación sudamericana quiere una profundización aún mayor a través de la expansión de las inversiones chinas en el país a través del “Programa de Parceria de Investimentos” (PPI).

Incluso, el gobierno de Lula se acercó geopolíticamente a China al promover la cooperación entre “think tanks” en el área de finanzas; así como dar un papel aún más audaz al “Novo Banco de Desenvolvimento” (NBD) en la proyección de los mercados emergentes.

Existe también una asociación peligrosa para la seguridad nacional brasileña y para el conjunto de fuerzas geopolíticas mundiales en relación a las telecomunicaciones. Brasil profundizará y estimulará las “joint ventures” entre los dos países en las áreas de telecomunicaciones aun cuando China posea una tecnología de control orwelliana y totalitaria en esta área.

Además hubo un acuerdo en el área de tecnología y telecomunicaciones que facilitará la expansión y proyección del 5G y 6G chino en Brasil, comprometiendo la soberanía brasileña. Otro aspecto que muestra este acercamiento en el intercambio de información entre el totalitarismo chino y el régimen brasileño es el acuerdo de Cooperación entre la Agencia de Noticias Xinhua y la Empresa Brasil de Comunicação.

También se celebraron alianzas políticas, como el Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) – China, que se comprometió a profundizar las relaciones. Es importante recordar que la CELAC funciona en la práctica como la parte más institucional y estatal de lo discutido en el Foro de São Paulo. Es como si el Foro de São Paulo debatiera y deliberara sobre los grandes temas con más libertad; y estos temas pasan a las estructuras burocráticas de los Estados para ser ejecutados.

Por lo tanto, el significado geopolítico de esta visita es un progresivo alineamiento del gobierno de Lula da Silva con el Partido Comunista Chino y su bloque de poder. Tan profunda alianza en temas de telecomunicaciones; cambios en el sistema financiero global; mayor cooperación con China a través de la CELAC (y el Foro de São Paulo); y una mayor concertación geopolítica. No podemos olvidar algunos discursos desastrosos del representante brasileño. Lula da Silva dijo que Estados Unidos debería “dejar de alentar la guerra”; y afirmó que la guerra solo está ocurriendo porque ambos países la querían. Esas declaraciones generaran duras respuestas de la Unión Europea.

Y no podemos olvidar que Lula da Silva también llegó a un acuerdo con China de que, a partir de julio, el comercio entre los dos países se realizará en yuanes (moneda china).

Así, por mucho que la cancillería brasileña repita el mantra de un “mundo multipolar” y una política internacional “independiente”; las señales emitidas por el gobierno de Lula da Silva van en la dirección de un mayor alineamiento con el bloque de poder autoritario de China y relaciones amistosas con las dictaduras de América Latina (Nicaragua, Venezuela y Cuba).

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