Con un gesto irresponsable y populista, la Comisión de Pueblos Andinos Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso peruano, presidida por la legisladora María Taipe Coronado -del partido marxista leninista Perú Libre- aprobó una norma reconociendo a la controvertida ‘wiphala’ como símbolo de los «pueblos originarios quechuas, aimara, uro y mestizo» de una provincia al sur del país andino, en concreto Puno, región fronteriza con Bolivia.
El proyecto de ley 2865/2022-CR fue presentado por el congresista Jorge Flores Ancachi, y fue aprobado por 5 votos a favor, 2 en contra y 4 abstenciones.
«Durante la sustentación, se dio a conocer que en su artículo único se declara de interés nacional el reconocimiento de la Wiphala como símbolo de los pueblos originarios quechua, aimara, uro y mestizo del departamento de Puno, con la finalidad de revalorar su identidad cultural y reivindicar la materialización de su filosofía y cosmovisión andina que por muchos años vienen sosteniendo como comunidad social y cultural», indica la página oficial del Parlamento peruano.
«En una Disposición Complementaria Final Única, se precisa, que en el marco de la declaratoria de interés nacional establecida en el artículo único, el Ministerio de Cultura, el Gobierno Regional de Puno y los gobiernos locales del departamento de Puno, priorizarán las acciones que sean necesarias para el uso de la Wiphala como símbolo en las diversas actividades cívicas, culturales, costumbristas y protocolares, así como para la promoción de políticas de respeto y valoración de la simbología de los pueblos originarios quechua, aimara, uro y mestizo del departamento de Puno”, puntualiza.
Opiniones a favor y en contra
Tras la sustentación del proyecto, la legisladora Martha Moyano, del partido derechista Fuerza Popular, advirtió que no era necesario «crear una bandera más», en tanto que el Perú tiene una sola bandera y como Poder del Estado no se podría darle viabilidad a dicha propuesta.
Su colega, la izquierdista Ruth Luque, del partido Cambio Democrático-Juntos por el Perú, refutó a Moyano y aseguró que la wiphala es un «símbolo de identidad de algunos pueblos del Perú».
«El Perú tiene una sola bandera»
En su columna diaria en Perú 21, el periodista Aldo Mariátegui cuestionó la norma aprobada en este grupo parlamentario, indicando que «ningún país que se precie debe tolerar que aparezcan banderas alternativas a su enseña nacional, en su propio territorio y con pretensiones separatistas», recalcando que detrás de estas iniciativas se encuentran algunas oenegés izquierdistas que promueven teorías identitarias, peligrosas para la unidad del país, además de narrativas indigenistas cargadas de charlatanería y falsedades.
«El ignorante del congresista puneño Flores Ancachi basó su iniciativa en una bandera que jamás ha existido y que fue inventada recién en 1979 por el boliviano Germán Choque Condori, un desequilibrado que llegó incluso a proclamarse como ‘Inca del Collasuyo’. Este ya finado personaje fue un charlatán indigenista y pseudohistoriador. Es que ningún país que se precie debe tolerar que aparezcan banderas alternativas a su enseña nacional, en su propio territorio y con pretensiones separatistas. Menos aún basadas en peligrosas teorías raciales que tan solo dividen y generan odios. Otros que andan por esa senda son los caviares de la ONG Instituto de Estudios Peruanos (IEP), que acaban de evacuar una supuesta encuesta, cuya finalidad clara es tratar de insertar en nuestra política el factor racial al estilo boliviano con la excusa de la ‘pluriculturalidad’», escribió.
‘Wiphala’: un estandarte contra el Perú criollo
Cabe recordar que la ‘wiphala’ fue impuesta por el régimen indigenista del cocalero Evo Morales cuando ocupó la presidencia de Bolivia, convirtiéndola en símbolo nacional e izándola junto a la bandera oficial.
Debido a su cercanía con La Paz, y el proselitismo del partido de Evo, el Movimiento al Socialismo (MAS), las regiones andinas del sur peruano, como Puno o Cuzco, han asumido esta enseña como si se tratara de una suerte de estandarte de guerra en contraposición a la bandera roja y blanca oficial, a la que algunos peruanos inflamados de indigenismo irracional denostan por ser «criolla», pues fue creada en los albores de la república por los próceres criollos de la costa tras la separación del Perú con España.
Durante las violentas manifestaciones con tintes subversivos que se dieron entre finales de 2022 e inicios de 2023 contra el gobierno de Dina Boluarte, justamente en esas regiones sureñas, la aparición de la ‘wiphala’ marcó parte de la agenda política, pues un legislador derechista, Juan Carlos Lizarzaburu, lanzó insultos contra esta bandera de colores -que era usada por los manifestantes-, comparándola con un mantel.