«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
un 92% de la población desaprueba su gestión

La popularidad de Boluarte se desploma mientras el crimen aumenta en Perú

La presidente de Perú, Dina Boluarte. Europa Press

La presidenta peruana Dina Boluarte jamás gozó de popularidad en abundancia, ni siquiera cuando asumió la jefatura del Estado en diciembre de 2022 tras el golpe de Estado de Pedro Castillo que lo terminó llevando a prisión. Entonces, apenas logró un 16% de aprobación, alcanzando un pico máximo de 19% en marzo de 2023.

Sin embargo, dos últimas encuestas de Datum e Ipsos coinciden en que un 92% de la población desaprueba su gestión. En el caso del sondeo elaborado por Datum para el diario El Comercio, el rechazo a Boluarte llega al 94% en las regiones sureñas -un bastión de la izquierda indigenista y antisistema-, mientras que, en el oriente, que corresponde a las regiones amazónicas, registra un 87%.

El rechazo popular no se limita a Boluarte, pues la desaprobación de su primer ministro, Gustavo Adrianzén, también ha incrementado del 65% al 78% en el último mes. Por otro lado, el Congreso de la República también es cuestionado por un 88%.

Boluarte, quien sucedió constitucionalmente a Castillo, inició su mandato en medio de violentas protestas auspiciadas por la izquierda radical que la acusó de traidora. Previamente, ya había tomado distancia del partido marxista leninista Perú Libre, que terminó expulsándola de sus filas. También se había alejado de Castillo y el círculo de confianza que lo acompañó hasta su detención.

Aunque los partidos de centroderecha la respaldaron durante la crisis política que resultó de las protestas, que terminó con un saldo de más de 50 muertos, entre civiles, militares y policías, su Gobierno mediocre y los casos que la vinculan en casos de corrupción, pronto debilitaron su poco capital político.

El crimen organizado toma el Perú

En paralelo a su caída en los índices de aprobación, violentos casos de extorsión y sicariato aumentaron exponencialmente, afectando sobre todo a los gremios de construcción civil, transportistas -que convocaron un paro indefinido como protesta-, empresarios mineros y, a pesar de sus pocos ingresos mensuales, dueños de pequeños almacenes dedicados a la venta de abarrotes.

Aquellos que se negaron a pagar los cupos a las organizaciones criminales, o que no lograron juntar los montos de dinero que demandan los delincuentes, terminaron, en muchos casos, siendo asesinados a sangre fría por pistoleros que se movilizan en motocicletas para cometer sus crímenes, una modalidad que recuerda a los tristes días en que Colombia estuvo sometido al terror narco de Escobar.

Los números no mienten. El Sistema de Información de Defunciones (SINADEF) ha reportado que, hasta el 10 de octubre de este año, los homicidios en el Perú han alcanzado un total de 9,411 casos acumulados desde 2017. En lo que va del 2024, la cifra registrada es de 1,493 muertes violentas, superando el total de homicidios registrados en todo el 2023, cuando el número llegó a 1,431 casos.

Peruanos tienen miedo a salir a la calle

Según datos del ‘Barómetro de Seguridad’ e Ipsos, el 76 % de peruanos no se sienten seguros en las calles. Esto significa que al menos ocho de cada diez peruanos a nivel nacional no se sienten seguros al momento de salir de sus casas.

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