El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado el «genocidio» del pueblo palestino en la Franja de Gaza a manos de Israel ante los «bombardeos indiscriminados» llevados a cabo por el Ejército israelí a lo largo de las últimas décadas. «Durante 75 años el pueblo palestino ha sido sometido a un nuevo Apartheid. Es un despojo histórico que se puede ver en el territorio», ha manifestado Maduro.
En este sentido, el mandatario venezolano ha denunciado a la Administración de Estados Unidos y «los gobiernos de Europa» por suministrar «millones de dólares destinados a armas». También se ha mostrado crítico con las supuestas democracias que «hacen la vista gorda» ante lo que sucede en Gaza.
En relación con el conflicto, Maduro se ha mostrado partidario de un alto el fuego y el establecimiento de un acuerdo de paz para restablecer los derechos del pueblo palestino. «En manos de Estados Unidos y de Europa está que se detenga esta escalada y que no termine una guerra de carácter regional en una guerra mundial», ha declarado.
Esta no es, sin embargo, la única posición antisemita. Así como parte del Gobierno de España se ha mostrado favorable a respetar la legitimidad de Hamás, Maduro ha ofrecido «la ayuda humanitaria» necesaria al igual que su «hermano Erdogan». «Sus sabias palabras demuestran que podría ser un líder propicio para intervenir en esta situación y lograr negociaciones que lleven a la paz», ha asegurado sobre la posibilidad de que el presidente de Turquía medie en el conflicto.
China y Rusia no se quedan muy lejos de estas posiciones propalestinas. Hace apenas unos días el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, defendió la creación de un «estado palestino que exista junto al de Israel». «Ese es el camino más fiable para resolver» los conflictos.