«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
También elimina la imposición de contribución obligatoria a empresarios

Milei firma un decreto que pone fin a la obligación de contribuir con los sindicatos: sólo recibirán financiación de sus afiliados

El presidente de Argentina, Javier Milei. Europa Press

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha asestado un golpe sin precedentes a los sindicatos poniendo fin a la obligación de contribuir con ellos a quienes no estén ligados a sus estructuras. Mediante el Decreto 149/2025, firmado junto a su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, el gobierno suprime un mecanismo de financiación que, durante décadas, garantizó ingresos obligatorios a las centrales sindicales y a diversas organizaciones patronales.

La nueva normativa, impulsada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, prohíbe que los convenios colectivos de trabajo incluyan cláusulas que obliguen a empleados no afiliados a aportar económicamente a los sindicatos. A partir de ahora, únicamente quienes sean miembros activos de una organización sindical podrán ver descontada una parte de su sueldo para el sostenimiento de la misma. Esta medida, que el gobierno considera esencial para la libertad de asociación, pone fin a un modelo de recaudación forzosa que beneficiaba a los sindicatos sin importar la voluntad de los trabajadores.

Pero la reforma no sólo afecta a los asalariados. También elimina la imposición de contribuciones obligatorias a empresarios, que hasta ahora debían financiar entidades sindicales o cámaras patronales con las que, en muchos casos, no tenían ningún vínculo real. Estos aportes, que funcionaban como una especie de «impuesto privado», eran exigidos por los convenios colectivos y trasladaban su coste a toda la economía argentina.

Este sistema de contribuciones forzosas tiene su origen en la Ley 14.250, promulgada en 1953 por el entonces presidente Juan Domingo Perón. Dicha normativa permitió que las negociaciones salariales incluyeran aportes económicos destinados a fortalecer la financiación de los sindicatos. Con el paso del tiempo, estos pagos se fueron ampliando a través de mecanismos como las contribuciones obligatorias a «institutos de formación» y otras entidades creadas bajo el paraguas sindical, lo que convirtió el modelo en una fuente inagotable de ingresos para estas estructuras.

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