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A los 91 años en su casa de Madrid

Muere Jorge Edwards, el primer intelectual iberoamericano que mostró al mundo la realidad de la Cuba castrista

Jorge Edwards. RAE

El escritor, periodista, crítico literario y diplomático chileno Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) ha fallecido este viernes a los 91 años en su casa de Madrid. Uno de los autores más relevantes en nuestra lengua durante el últmo medio siglo, de nacionalidad española desde 2010 y miembro numerario de la Academia Chilena a partir de 1982, fue reconocido con el Premio Nacional de Chile de Literatura en 1994 y el Premio Cervantes en 1999.

Hace unos días sufrió una caída doméstica que complicó su estado de salud. Gran conversador, hasta entonces permanecía muy activo y trabajaba en el tercer tomo de sus memorias. Pasó en cama sus dos últimas semanas y este viernes acudió a un hospital de Madrid porque su estado había empeorado, pero le dieron el alta. Tras quedarse dormido por la tarde, ya no volvió a despertar.

Considerado uno de los principales representantes del boom literario iberoamericano, a lo largo de su carrera literaria fue autor de cuentos, novelas, ensayos y memorias, además de columnista en diarios de todo el mundo. Entre sus obras de ficción destacan El peso de la noche, Los convidados de piedra, El museo de cera, El anfitrión, El origen del mundo, El Sueño de la Historia y El inútil de la familia.

Edwards estudió Derecho en la Universidad de Chile y más tarde realizó un postgrado en la Universidad estadounidense de Princeton, aunque nunca llegó a ejercer como abogado. Sí hizo carrera como diplomático: durante el gobierno de Allende, el 7 de diciembre de 1970, reabrió la embajada de Chile en La Habana como encargado de negocios, donde sólo permaneció tres meses después de que Castro le declarara Persona non grata, término que acabó por dar en 1973 nombre a sus memorias, primera crítica de un intelectual iberoamericano al régimen cubano.

El texto, que desató una fuerte polémica más por lo que relataba que por el tono que el chileno le dio al relato, enemistó a Edwards con la izquierda de la región y le valió no pocos ataques de escritores. «Ese Jorge Edwards es mi amigo, pero no tengo ganas de verlo», dijo Julio Cortázar.

Con el paso del tiempo y la imposición de unos hechos innegables, Persona non grata pasó a ser un clásico mientras cambiaba el tono de la crítica. «Este libro es uno de los clásicos verdaderamente vibrantes de la literatura latinoamericana moderna», en palabras del Nobel mexicano y también diplomático Octavio Paz. El venezolano Juan Carlos Chirinos escribió hace unos años: «Si me pidieran que nombrara sólo dos títulos del siglo XX latinoamericano de los que tuviera personal certeza que trascenderán su época, no lo dudaría un instante: Cien años de soledad Persona non grata«.

Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas, y ha recibido las más prestigiosas distinciones, tanto por su carrera literaria como por su trayectoria diplomática y de presencia en la vida pública, siempre comprometida con la libertad en Iberoamérica.

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