La violencia en Ecuador ha llegado a niveles nunca antes vistos. No solo en cantidad sino también en forma. Hace apenas días, por resistirse a ser extorsionado, el empleado de una joyería fue forzado a cargar explosivos atados a su cuerpo. Eso en la costa. En la parte andina del país, hartos de la extorsión, ciudadanos decapitaron a «vacunadores». Luego de la pandemia del covid, la frecuencia del término «vacuna» tomó una nueva connotación. La extorsión pasó a llamarse «vacuna» y los extorsionadores «vacunadores».
En lugar de abordar la violencia desbordada de forma integral, el gobierno de Guillermo Lasso lo hace con «perspectiva de género». Su gestión inauguró «centros violetas» para víctimas de «violencia de género«.
Si en algo se ha destacado la gestión de Guillermo Lasso ha sido la lucha contra el narcotráfico. Rompió el récord histórico en incautación de drogas. Tanto así que surgió una iniciativa para usar cocaína para construir viviendas. Como consecuencia inmediata de este golpe al crimen organizado, este gobierno ha sido foco de ataques y una campaña de violencia incansable como herramienta de desestabilización.
No obstante, en lugar de endurecer la mano contra el crimen violento, el gobierno actual ha adoptado mecanismos «políticamente correctos«. En el afán de de obtener la exención de la visa a Europa, creó el ministerio de la mujer. Sin embargo, no lo logró. Para la Unión Europea al Ecuador le faltan políticas públicas a favor de “los derechos de las mujeres”.
Lo cierto es que en Ecuador no existe un solo derecho que tenga el hombre que no tiene la mujer. Pero estos eufemismos de la Unión Europea demuestran ser funcionales a la agenda feminista. Llama derecho, por ejemplo, al aborto. Como en Ecuador los menores son declarados “sujetos protegidos” en el Código de la Niñez desde la concepción y la Constitución protege la vida también desde la concepción esto es incompatible con el derecho ecuatoriano.
Entonces fue necesaria la intervención de la Corte Constitucional para pasar por encima de la Carta Magna y el marco jurídico para presionar al Poder Legislativo y Ejecutivo a volverlo realidad. Aunque Lasso vetó la ley, la misma corte que ahora pretende llevarlo a juicio político -y posiblemente a su destitución- permitió que agrupaciones feministas suspendan el veto para lograr el aborto bajo cualquier circunstancia.
En teoría lo pedían en caso de aborto. Pero lograron eliminar la denuncia contra el violador y el examen médico. De manera que se puede hacer bajo simple petición. A su vez revierte la justicia a tal nivel que paga con su vida un inocente y no existe denuncia contra un delincuente. Eso sí, castiga a los médicos que se niegan a participar de este procedimiento que elimina a uno de sus pacientes.
Y no termina ahí. La presidencia de la nación sudamericana optó por desplazar los derechos humanos a un lugar secundario. Ahora la dependencia encargada de este asunto se llama «ministerio de la mujer y Derechos Humanos». En este momento, que el país vive su peor crisis de violencia, el gobierno priorizó la imagen internacional por encima de la paz y seguridad de sus ciudadanos.
Lo cual expone nuevamente la desconexión del mandatario con la crisis que vive el país. Además de su convicción de cumplir con convenios internacionales que no han beneficiado a la nación.
Desde su discurso inaugural el presidente Guillermo Lasso se mostró comprometido con los organismos internacionales que exigen una agenda de género a cambio de préstamos monetarios.
VOX quiso ayudar a Ecuador a obtener la exención de visa
A pesar del apoyo de VOX en la Unión Europea, Ecuador no logró la exención de la visa a la zona Schengen. Su pedido ingresó en la misma categoría que Catar, Kuwait y Omán. Al respecto, Jorge Buxadé, de Vox, dijo que mezcla a esta democracia con las monarquías islámicas. Lo lamentó asegurando que «Ecuador es una de las pocas naciones iberoamericanas que resiste al Foro de Sao Paulo».
Incluso el Partido Popular manifestó su apoyo. Denunció que fue una discriminación contra Ecuador. «Hemos de acabar con esa anomalía en el Parlamento Europeo», dijo Alberto Núñez Feijóo.
«No tenemos nada contra ciudadanos de zonas magrebíes o musulmanes, pero nuestra historia, afectos y valores están aquí. (…) Es más fácil para ustedes y para nosotros convivir en el mismo espacio que con costumbres y culturas distintas», explicó.
Al igual que Piñera en Chile. Macri en Argentina, hoy en Ecuador se evidencia que “la derechita cobarde” no es un accidente, sino un estilo su vida.
Lo cierto es que haga lo haga, la imagen de Guillermo Lasso no mejora. Tampoco las probabilidades de Ecuador para ser admitida sin visa a la Unión Europea. Su gestión doblegó a la nación en materia ideológica. Sin embargo, no ha representado ninguna ventaja para el ciudadano de a pie.
