Este domingo, el Partido Republicano de Chile consiguió 23 escaños en la elección del Consejo Constitucional que redactará la nueva Constitución para el país andino. No ha sido una sorpresa el apoyo de la ciudadanía, pero sí lo ha sido su magnitud.
El Partido Republicano han conseguido una votación considerable en todo Chile. Ha obtenido la primera mayoría como fuerza política —3.3 millones de votos— y las primeras mayorías nacionales individuales. Del mismo modo, ha logrado romper con la lógica de que los ricos votan a la derecha y los pobres a la izquierda, logrando empatar y ganar en los sectores populares de la sociedad, abriendo una oportunidad única para la penetración social y cultural de las ideas de derecha.
¿Qué llevó a que tantas personas escogieran la alternativa republicana? A nuestro juicio, hay muchas explicaciones plausibles, pero en lo inmediato, queremos sugerir al menos tres:
En primer lugar, inevitablemente la elección se trató de un plebiscito al Gobierno de izquierda radical del presidente Boric. Chile vive hoy tres crisis: de seguridad, migratoria y económica, y el Gobierno no ha sabido dar respuesta a ninguna de éstas, más bien se ha visto superado por al crisis de seguridad y migratoria, y ha intentado recetas equivocadas para enfrentar la crisis económica, como por ejemplo, proponer una reforma tributaria que afortunadamente fue rechazada. La gestión del presidente Boric no ha sabido entregar certezas a los chilenos en lo inmediato, de modo que la decepción no hizo más que movilizar al electorado a la opción que parece más lejana a las posiciones del Gobierno.
Por otro lado, la consistencia del Partido Republicano. Desde el primer momento el Partido Republicano se ha posicionado como una alternativa de sentido común que busca dar respuestas a las urgencias sociales de los chilenos, y en esa línea han actuado sus parlamentarios y sus militantes de base, aún cuando han debido defender posiciones impopulares. Esta disposición se ha vuelto un estilo: desafiar la consigna y no claudicar en la defensa de principios fundamentales. No se trata simplemente de una opción, sino un modo de ser, una disposición vital a la defensa y promoción de determinadas ideas. Es por esta razón por la que el Partido Republicano se planteará en éste nuevo proceso constitucional con coherencia, lealtad, buena fe y responsabilidad.
Finalmente, un tercer elemento interesante a destacar de esta elección, es el éxito electoral que puede obtener una derecha que promueve y defiende ideas. Es habitual que los medios relativicen o ridiculicen las posiciones más definidas de la derecha y que algunos asustados de la supuesta resistencia de la sociedad a dichas ideas, prefieren no entrar a ciertas disputas de ideas, dejándole el espacio a la izquierda y reduciendo las propuestas de derecha a sólo gestión. La elección del domingo es la manifestación más clara que una derecha que va de frente en las ideas puede concitar gran apoyo popular.
La acción del movimiento republicano, no se circunscribe a la contingencia electoral, sino a la capacidad de mejorar la vida de las personas y hacer pedagogía con las ideas del sentido común. El triunfo del Partido Republicano es la consecuencia de un trabajo perseverante y bien inspirado, que buscaba transmitir a millones de chilenos las razones por las cuales queremos servir a Chile.
